24 may 2013

Gris Inevitable


De quién profeza por libros de media luna
Su dicha de justo querer al corazón en cuna
Por maldecir los ojos su criterio de lucha,
Busca una cama y volar con la que escucha
Colgando pasiones o martirios en la pared
Resistiendo la calma ligera a su merced
He con el sentido husmear su boca,
Martillo de balcones que a dos en una,
Escucha con golpes cuando el sabor provoca,
De quién profeza por libros de media luna,
Aquella que escucha y rígida toca
Su dicha de justo querer al corazón en cuna…
¿Dónde están los deberes?
¿De qué se ha perdido en vista el sol?
¿Acaso esconden en ruinas los placeres?
¿Acaso no han dado por sentado lo que abarca el alcohol?
Que me digan al negarme que por un “siempre” te perdí,
Pues me negué que por siempre lloré cual herida planetaria
Y desnudando el soneto que me tienta soledad esteparia,
No menciones sin nuestra culpa lo mucho que a Dios mentí,
Pues resultó ser humano con mi nombre y desdicha y calor
Pues resultó con pies flotando sobre desengaño y mudanzas
Pues resultó conocer atrevido pabellón de venganzas
Pues resultó que ardía sangrante el hueste tablado en honor…
Mis consuelos que envidian el dulce cortar de tus dientes,
Admirando el anegado caer de mis plumas insanas
Comparando el huerto de pascua sin antiguo cobre altanero,
Verguenza de quien goza por trofeos, gentileza sin pendientes,
Regocijo de escarlata por pena de aljuba que esmaltas
¡Merezco estribera de fuego y piel de nahual en mi perchero!

23 may 2013

Pamplinas.

¿Qué han dicho aquellas barricas secas de tanto callarse una uva?

Me han contado las alfombras que intentas el desvelo en tela de búsqueda, ¿Qué has encontrado?
No es solo el hecho de que me he atado a la sinceridad que me permite el hablar con las paredes o ver como se mueven las mismas y corren una tras otra, también es hallarle una salida alterna a un laberinto sin fondo sólido, como materia de estruendos innecesarios.

Y es que le haces tanto mal a tu sistema, que termino por enredarle más nudos a mi cisterna. Tanques que he llenado con luz para observar mis planes de travesuras, pero llegas con cierto afán al desquicio sujetando un remo y me asumes con fuerza la responsabilidad de imitar a los Dioses... como verídico atino al bulto en el cielo con un pedazo de hoja arrancada, pregunto por una justificación a tus actos y te ruego la huida perpetua a lo que te concierne, al dejarme sudar un momento más en la cima del monte pálido de mañana carente de rocío.

Cuando veo agua busco hielos, pero cuando veo hielos busco el whisky. Cuando tengo hambre pienso en pan, pero cuando tengo pan pienso en la última cena, me río, y como hasta saciarme, burlando estúpidas referencias, con tono cínico y ofensivo, también con todo el derecho. Admitir un error es tarea fácil, pero encontrarme un error depende de la oportunidad del intruso que haya merodeado entre mis asuntos para acabarme... por eso es imposible, nunca cuenta, está ahí, pero a nadie debió interesarle.

Le invité un trago a la imaginación dura y terminamos comiendo nueces con el camarero triste, borrachos, y con una cuenta económica infinita. ¿Por qué razón admito la entrada a mi padre al buscar problemas con mi culpa por los errores que ya he admitido? ¿Acaso llorar de arrepentimiento traerá de vuelta al mercado lo destruido? ¿Acaso era necesario mencionar la palabra "mercado" en la pregunta anterior?

En verano es necesario tomar tres baños al día para ser otra persona innecesaria e inútil. Pero una persona que no tome un baño en lo absoluto y será útil como centro de atención para quejas, burlas y comentarios feroces y le caerán a la persona como estiércol de paloma cientos tantos de sanguijuelas depredadoras del acoso para evitar ser vistas como lo que son, estiércol de paloma.

Es fácil hacer un poema sobre una lámpara aplastando una pelota y pasar desapercibido como poeta. Plagio creativo, sigue siendo plagio, la creatividad es estúpida en tal caso y no merece pasar desapercibido, si no darle toda la atención como un plagio de creatividad estúpida, ataquemos con indiferencia a sus intenciones y con ira de martillo a aquél pobre cuerdo queriendo ser artista.

Con los minutos contados de sueño esta noche, la suma siempre es igual a cero, nada, inexistente, invisibles cifras, sin sentido de haberlas contado en un principio, sin sentido si quiera el haber esperado con ganas el querer contarlos en algún momento de la noche. Y se acerca la hora en la que es fácil no darle importancia a la hora y bajar por un café, subir y encender la televisión, porque es más fácil abrir un libro, pero el reto es intrigante, siempre es bueno dejar a un lado lo sano para sentirse enfermo y así saber que aún se está lo suficientemente vivo como para curarse.

Antes de los caprichos están los instintos, prefiero el anonimato, por eso tomaré otro baño, el segundo en la noche... incapacidad de sentirme cómodo si lo que moja mi piel no es agua. Asqueroso.

Busco desvelos, los vendo aparte.

21 may 2013

Duda de dos.

Entretenido en un interfaz de colores de irracionalidad satisfactoria, cargué con cierta inexacta imposible roca inmensa en mis estribos falsos, que ahora solo transpiran luz artificial de huecos aparentando ser cautivadores...

¿Alguien ahí afuera dispuesta a un retoque de tambores externos de estulticia, marcados por sencillos y repetitivos cultos extintos?
Fugaz de residuos perdidos, ¿conoces mi paradoja en acertijos?
¿Conoces el café y la hora en el lugar eficaces de derrumbes melódicos?
¿Conoces los rumbos lagrimales de los himnos a los cuales profeso con incondicional audacia?

No estaré ahí cuando marches en partida, coloquial y vulgar nefasto predestinaje... Punto, otro punto y me regresas a punta mortal del látigo mayéutica proporcional al estruendo del susurro, como números de esfuerzos in media res en causa última. Granizos utopías nublan querer enjaulado, ¿sigues ahí? ... ¿aún me quieres?

Largo, largo parecer interminable, con juego de palabras. Responsable de tus festejos en corrientes alternas de energía, ¿mundos? indescifrables martirios en la pureza... vacaciones, tortuosas.
Entrega nupcial de presagios, ¿acaso juegas al bienestar de tu suplicio?
Solemne expresión de euferismos, ¿acaso mantienes sin rumbo lo estratégico mutuo?
Opción de una sola elección para mi programar de enlaces, ¿entiendes, acaso, tu soledad sin la mía?
Inverosímil reflejo de mis gustos en particular, ¿has leído a un león en marte? ... lo suponía.

Cables de mis planes virtuosos con respectivas Valquirias mudas al acecho del  contratiempo.

Control, control sobre todas las cosas. ¿a voluntad?

¿Quién eres?

17 may 2013

Tornado en la Garganta.

Texto cooperativo por Nadia Laura Campirano y un servidor.


Nadia Campirano:
Incendió el mar desde lo más profundo de su ser. Sacó su maleta, llenándola de sonrisas caducadas y sin más ni menos, se fue.
La puerta se escuchó como un signo de interrogación al momento en que ella la cerró. El vacío de su alma se llenó de nada... dejándola caminar SOLA por los fríos pasillos de la incertidumbre mientras recorría la cuidad repleta de gente. Se sentía sola entre la multitud. Nadie se acercaba a preguntar sobre la rabia que apuñalaba a su corazón. No necesitaba más que una transfusión inmediata de dulzura...
Golpeaba su cabeza contra su corazón, cual Pájaro Loco, moldeando el mundo como debería ser. Pero no es como dicho propósito, como tampoco el corazón.

Caudillo de Sueños:
Remarcaba imaginarias estaciones planetarias con sus pies al tocar, cual campana, con sus sólidos pasos. El aire la sofocaba y se reproducían canciones alegóricas alrededor de sus neuronas. Miraba hacia un cielo invisible, bloqueando la tinta del cuento melódico… 
Un minuto de centellas para destruir augurios predestinados al calor del sol. ¿Búsqueda de perturbadas salidas al éter emocional?
Y un café de nostalgia mantuvo cerca la respuesta del desvío, con lo que tenía en el bolsillo y dispuesta a más y más dispuesta que su piel a conseguir ese placer de aroma cálido.

Pasaron millones de años luz por su mente, en Mercurio pasaba un segundo. Tomó una decisión,  comenzó el largo camino de vuelta al nido. Sus pensamientos iban construyendo su fantasía. Cuando llegó, se quedó estancada frente a un enorme jardín, en donde algún día de antaño había construido pirámides egipcias de inocencia. Construyó pirámides que, tarde o temprano, serían metamorfosis de madurez.
Entró sin avisar, con aquella llave alérgica de olvido manchada de soledad y antipatía. Se percibía un fuerte aroma de abandono. Al momento de sentir la brisa acrónica, representando su entrada al lugar. Ni siquiera saludó a su madre, que dormida formaba una especie de estatua plácidamente descansada en el sillón del olvido. Su sentir le impedía adular cualquier recuerdo pasado dentro de aquél sector. Subió a lo que solía ser su firmamento, donde cantaba sin cesar al caer la noche, cuando su alma tenía magia. Todo eso se marchitó. Se sentó en aquella silla diabética y descolorida que sonrió al verla llegar. Cerró sus ojos visualizando al universo y comenzó a escuchar las estrellas caídas... relativo a los suspiros que forman los pulmones.

Una inquietud interna le atormentaba como augurios de fantasmas diabólicos, no lograba distraerse. Se preguntó mares de posibles causas. Hambrienta de respuestas que interrogaban como los dibujos en sus manos, secando aquella superación a la necesidad de sustancias, quería algo, cualquier objeto capaz de ser consumido. Anhelaba la inconsciencia, el placer de los suplicios tortuosos, el camino orgásmico de piedras ardientes, el sueño más dulce en una cama de clavos… deseaba con pureza la parálisis complaciente y perfecta. 
Sentía alienígenas ganas de provocarse un llanto estrecho, cálido de sorpresas, pensaba con gritos una plegaria de sepulcro, rogando un ataúd para sus entrañas claustrofóbicas. Quería una lucha por el encierro de su libertad.
Víctima del perpetuo sufrimiento, aquél eterno deseo de brevedad…

Gritó en silencio, desatando el tornado que suplía su garganta. Su madre llegó enseguida y sin pensarlo mucho la abrazó, sus brazos empapados de ternura suponían ser una pomada contra la desilusión...
Como era de esperarse, calmó el dolor momentáneamente, pero un momento después comenzó a desesperar, cogió sin pensar una botella de Tequila y bebió desérticamente su desdicha, gota por gota. Su madre la observó sin vocablo alguno. Se estremecieron al ser embestidas por un sonido impertinente. -"¡Contesta!" Ordenó el tormento con patas, mientras su madre se desplazaba rápidamente de un polo a otro dentro de la habitación, tropezándose con castillos de ilusiones de la pequeña niña inocente que en su momento vivió feliz, visualizando su futuro que era casi completamente opuesto a la realidad.
Entre sus pensamientos ahogados en alcohol, recordó a su padre....

Se recostó con dulce calma en su memoria, cerró los ojos, y se dejó llevar por el trance. Murallas de desahogo, contando las nubes en Júpiter, desvelando entre volcanes. Decidió entonces perderse en sí misma y revolcarse promiscua con sus sueños… que ahora despertaban tan lúcidos como sus frustraciones.
Durmió internada en la procreación de aquél romance centinela de pocilgas cínicas… y despertó para dibujar sangre en su garganta.


14 may 2013

Umbral en Debate Cósmico.


Persona de las mil trompetas gigantes magníficas…


¿Consideras a la locura como el papel de tu vicio?

¿Consideras a la cordura como el papiro del dogma?

¿Consideras el cenicero como elemental dentro de las jornadas de tus actitudes?

¿Consideras la ceniza el complemento ideal del puño guerrero contra las tendencias?

¿Consideras la globalización como utopía real disfrazada de pandemia paradójica?

¿Consideras al teclado de una computadora como tinta indeleble?

¿Consideras a la “tinta perfecta” como contradicción de tu comportamiento?

¿Consideras al pasado como el emblema del escudo presente en guerra con el futuro?

¿Consideras al personalismo como parte de la identidad social?

¿Consideras al alcohol como placer que usa el antifaz de necesidad?

¿Consideras tediosa la repetición de la palabra “Consideras” en el inicio de las preguntas?

¿Crees que la palabra al inicio de la propia pregunta como liberadora del hastío?

¿Consideras tu concordancia en tu actitud de conformismo como suficiente?

¿Consideras al hecho de estar usando el término “promiscuo musical” como poético?

¿Consideras a la poesía como escape del sufrimiento ahogado en la especie humana?

¿Consideras a la vida como un regalo o al vivir como herramienta?

¿Consideras a la percepción extra-sensorial como el mito que La Locura esconde?

¿Consideras a La Locura como una forma de vida auto-suficiente?

¿Consideras al sabor como el aroma de las miradas tangibles?

¿Consideras a las miradas como la piedra angular de las impresiones?

¿Consideras a la comodidad como producto de circunstancias condicionales?

¿Consideras a una pantalla como efecto externo de una Vigilia satisfactoria?

¿Consideras al SWS como conducto complaciente al comienzo del REM?

¿Consideras a la elección específica musical como la eterna canción de cuna ideal?

¿Consideras a la insensibilidad como un estrecho camino hacia el escape culposo?

¿Consideras relevante el número de páginas escritas para crear a un buen escritor?

¿Qué hace a un aficionado a las letras un escritor empedernido?

¿Acaso un escritor empedernido está obligado a escribir diariamente?

¿Es posible que un escritor carente de la necesidad de sustancias sea un literato?

¿Crees que el cambio notable de una persona influye en el invisible cambio de otra persona?

¿Consideras el lenguaje o el idioma como relevante para un buen escritor?

¿Tiene sentido el metaverso cuando la realidad es más agradable?

¿Consideras al sueño como herramienta necesaria para la inspiración inconsciente?

¿Consideras a las campanas como instrumento para la atracción y reunión de idiotas?

¿Consideras a la luz como primordial fracaso en la Lamarckista hominización evolutiva?

¿Consideras al amanecer como cliché romántico capitalista?

¿Consideras a la reflexión solitaria como eficaz consejo para cualquier Loco?

¿Consideras prudente maldecir las preguntas que reclaman solo una limitada respuesta?

¿Consideras a la combustión como factor relativo al vicio elemental?

¿Consideras a los laberintos como contingentes verdades de la realidad paradójica?

¿Consideras a la profanación necesaria como calumnia necesariamente terrenal?

¿Consideras al sentido inmanente como lo que vale una irrelevante carpeta archivada?

¿Consideras a la exageración como enzima maternal en el proceso de maduración?

¿Consideras a la soledad como una estratósfera encadenada a la fenomenología?

¿Consideras a la verdad como un resultado en la hermenéutica del panteísmo colectivo?

¿Consideras al miedo como principal sensor de futuras tragedias metafísicas?

¿Consideras a las supersticiones como centro de todo comienzo a una vida estúpida?

¿Consideras a la lectura como la suma de toda voluntad de los trascendentales?

¿Consideras a la Noche como temporal abismo necesitado de obscuridad?

¿Consideras a los números como ejemplo de evidencia al sentido inmanente?

¿Consideras a la evidencia de aroma como validez de argumento en un sermón?

¿Consideras a la verdad por autoridad como validez de argumento en un sermón?

¿Consideras a la tradición en verdad de creencias relativistas como válidas en existencia?

¿Consideras al acondicionamiento como la libertad absoluta en conclusión a tus dudas?

¿Consideras a la abstinencia temporal como posible prueba de progreso a base de voluntad?

¿Consideras a la personalidad cognitiva como perfecta demostración de presentación propia?

¿Alguna vez has leído con el propósito de terminar de leer?

¿Consideras a la lluvia como indicación al correcto camino de la ideal vocación?

¿Consideras a la inspiración como enlace de iluminación a la decepción?

¿Consideras a la enfermedad como prueba corporal de humanización?

¿Consideras al cerebro como usuario de alguna desconocida inteligencia artificial?

¿Consideras al control universal como producto del exitoso dominio total intelectual?

¿Oportunidad de sonido hermoso u oportunidad de golpe de reacción tardía?

¿Consideras indestructible el deseo en la lujuria intelectual?

¿Consideras a la humanidad como miembro externo influyente de tu existencia?

¿Consideras a los finales como frases obligadas a la suave melancolía conclusiva?

“¿Paf, se acabó?”

Sombrerero.

Sobre las altas lomas esterlinas de cuentos existenciales, que con tenedores maldicen costras con páginas blancas. Estoy partiendo de falacias, se recorren de ventiscas los toneles inciertos, ¿Qué viene después? más falacias, pero ¿de contrarias oposiciones estoicas?

Nietzsche al amanecer sin haber despertado, con salitre esterilizado, oda a la fama como suplicio encarnado en el mestizo nido de auto-control, melodías esquizofrénicas y estultas de quicio completo; ¿Para qué sonreír en depresión política? He de buscar un golpe de pactos, como un pillo... jalándose el cabello.

De un regalo alcohólico e irrepetiblemente cirenaico, terriblemente sentimental, cuando el nombre espera, al escuchar entre auroras, sobre la soledad del firmamento, una barca pensativa en canciones parecidas al querer parecerse al querer ser nota monótona.

Como encontrar vida el "sólo es eso", vivir en un contado partido sobre sangre helada, que no únicamente de océanos se vierte emocional... palabra paranoica en el estricto término de -sentido-

-Sólo, y aquí de pistola en munición que amistades con miseria encarnada.
-Partir con cerveza el verso de valor sanguíneo, sin la exageración deseada que piensas.
-Hasta el oír del abandono, por favor.
-Usted contra el simple sol estrecho, diga con debilidad.
-Miedo a tenerlo todo hasta que algún día llegue el error.

Sin envases continuos y sin el "con" la especificación lingüística superflua constricta, o bien, estricta en el intercambio de celeste folclor. Pertenecemos a la manzana perdida "presencial", aún más necesario que -una- León en imanación de cana feliz.

-Caprichos de las llaves incógnitas, solo, y aún de quinientas canciones tristes.
-Sola, a través del whisky, o simplemente inhibidor de tus impulsos con rostros de memoria, imponiendo la importancia entre otros rostros...
-Nutridos plebeyos de aquél plebeyo doloroso, bailando entre humos de viejos patrones incoloros.

Al atardecer del calor penoso de nuestra uniformidad a la cual el diablo disputa de "en-quinientos-claveles" de su propio solsticio, se come completo al teniente del dejar pálido, óseo, puramente de castidad.

-¿Qué coño vive "tú", y sin polos de opositores favores?
-De ver tocares con gritos imaginarios.
-Y soñar aquéllas mencionadas y repetidas falacias capacitadas para morir sobre el atrevimiento de las caricias?
-Y no entiendes que no entienden.
-Pero pasa por quien hermosura de aquél adefesio al arder con ojos de humanidad... "bonita".
-Sentido, ¿eh?
-Mirar ha dejado de existir voluntariamente... juguetón, y sobre todo idiomático, plancha de ritmos que tienen las manos al saludar.

Como costumbre alma... gostosa. Pensar el querer soñar... o sexo. Como opinar sobre el acerca-de-lo-cercano al pecado del toque. Siluetas...

-Y siluetas que todo sin tiempo en ti encuentras placer.
-¿Placeres? (...) placeres...
-Y de tu esencia escondo aquél hedonismo glorioso, con todo y suplicio.
-Dos por uno.

Sólo, dos por uno. Nombres de atracción estupefacta e incertidumbre hermética, cual soneto peligroso al mirar y observar los pies propios, y acertar pasada piel de sustancia. Eternidad de todos con todo y siempre el aroma triste.

-Sólo, con velas de bautizos al velorio... aquél funeral humano.
-Hoy sufro, saboreando el piadoso acto de la golondrina cínica.
-Creamos sonido, ¿qué más le hace falta al universo para sostener dicha nave ergo, sum de aquello vivir-condenado y al tiempo de estar condenado al Cogito?
-¿Incredulidad del conforme?
-Astucia del amar, a cambio de quedar ahogado como persona en pocos llantos. ¿Estrofa? (...) estrofa:

Realidad Relativa
Reviviendo Rocas Rápidas
Respondiendo Rotundamente
Retando Ropas Rápidas
Rígidamente Repetidas

-Pues poco estar lento, contingente cambio de soldados lúgubres, no... (...) Lúgubres Soldados, al afirmar expresiones. ¿Renacer sin ser re-iluminado?
-Termina el salmo. Enfría el guarda-ropa ancho de convicciones, refrigerador para algunos yo en mí. Cabellos de olores efímeros... y sólo.
-He de descubrir el breve descuidado estático, ¿propósito de de-no-sé-quién el augurio melódico?
-Sí, he de cantar y de huir en el riesgo...

con sólo despertar...

y la Luna...

Apaga las luces.


Se podrían concluir historias completas que constantemente se relacionan con los archivos escondidos de Gottlieb o de Freud. Un hogar de acceso estrecho y de amplio escape. Comúnmente decorado desde la mitad del terreno en ambos lados hacia el sur con espeso bosque, dividido con el sendero de dos carriles que comunicaba la fachada con la civilización, 353 metros, de ida de regreso contaba David. Entre los últimos siete minutos de la hora hasta las cuatro de la tarde en punto era la primera ronda de números participantes en la medición. La segunda constaba de un forzoso equilibrio manual persiguiendo la estabilidad del volante, entre la mitad del auge de la madrugada más cinco y pasados los siete minutos necesarios para terminar de contar. Le gustaba relacionar, como relacionaba el “Manual de Asesinato” con “La Interpretación de los Sueños”.

Una fachada que conducía en línea recta con la puerta deslizable hacia el abismo horizontal, un campo desértico y devastado, su tierra y sus piedras lloraban y se dejaban escuchar. El aire frondoso de augurios maldecía la luz, incluso a medio-día, con aquél punzante silencio tan remoto que te quemaba los dedos si lo querías alcanzar. Una mecedora de manchas artísticas en el pasado de cadáveres fornidos, sangraban savia si estaban vivos; ahora lo único vivo en ellos, son las plagas suburbanas. David no conocía un amanecer, no conocía el calor frustrante de la Vigilia social, tampoco conocía al horizonte copulando con el sol hasta que la luna soplaba la vela planetaria, solo despertaba para huir de aquél invernadero que lo aprisionaba con las voces de las nubes blancas y regresaba para huir de su remordimiento asesino de palabras, aquél sentir de por qué estaba escapando, y desesperado como tumba, buscaba reconciliarse.

Vacía la botella los viernes, pues le daba la espalda a las botellas llenas de los demás desconocidos en el pueblo, sobre todo jóvenes, que recordaba anotar con papiro en sus demencias. Sentado en putrefacción discreta y arrullando su culpa. Cuando cantaba en susurro, las calles presionaban con magnetismo las nucas. David conducía su boca a un trago y una joven miraba con angustia sobre su hombro en el camino de regreso con su madre y a su cama, para sentir su estómago explotando y sus articulaciones rígidas, observando un viejo jadeante, en guerra con su pasado, a pocos segundos de tomarla con violencia la cintura, bloquear cualquier pánico auditivo de su boca y arrastrarla hacia una esquina sucia de aquellos espacios donde los vecinos encuentran un perfecto lugar para colocar sus botes de basura, perfecto lugar para desnudar inocentes en resistencia.

David usaba los músculos ópticos para chocar contra el negro absoluto de aquél abismo, nada se escuchaba, solo se sentía la profundidad de la vista. David cerraba sus ojos un segundo y un muchacho notaba su propia presencia en un cuarto obscuro, donde la única luz la evocaba una pantalla que emitía sonidos rasgados de estática perturbada, miraba hacia los lados, observando con electricidad en la piel de sus brazos y espalda alguna inevitable mirada imaginaria de pupilas blancas con la intención de lanzarle un grito a su soledad, un grito de dientes podridos y mandíbula ophidia a pocos segundos de esconderle su cabeza con la garganta y despedazarle sus tejidos con ácido gástrico mientras una garra le descubría los intestinos sangrantes. Pero aquél muchacho parpadeaba y sólo seguía viendo absolutamente nada, como si la ceguera de las conciencias dolosas le acosara los vellos de la espalda, ahí entonces cuando volteaba rápidamente hacia la ventana, buscando alguna figura diabólica entre los arbustos de su jardín oscuro, a pocos segundos de estamparse contra su ventana.

David sabía del campo, aquella penumbra de seca incertidumbre, que no permitía interrupción alguna de la naturaleza; ni una sola gota de lluvia, ninguna brisa nocturna, ningún sonido de los árboles, ni un mínimo salto de cualquier insecto en su ecosistema. Su soledad era pura, su negruzca psicosis colectiva era invencible, aquél pavor espontáneo, era invisible, irreversible… humano.

David sonreía y una anciana encendía la luz del sótano, bajaba con lentitud longeva sus pies al siguiente escalón, evitaba estorbos llenos de polvo y recordaba que su objetivo era buscar algunas fotos con memorables recuerdos infantiles de sus nietos, solo para pasar la noche hasta que se durmiera. David regresaba su boca con seriedad a la perversión humorística disfrazada de indiferencia, la anciana descartando imágenes sobresalta su canosa esencia al distinguir el vidrio quebrándose de alguna de sus ventanas, a pocos segundos de escuchar un chasquido irreconocible y quedar encerrada en la oscuridad, oscuro, negro, incapacidad de ver espontánea… pero libre de tropezar hacia las tijeras de jardín de su difunto esposo o de tratar de creer la verdad que recaía en alguna persona abriendo la puerta de su hogar, para saber si era cierto, debía ascender con lentitud longeva las escaleras que habían desaparecido en la carencia de luz eléctrica.

David esperaba un lamento queriendo desenterrarse en alguna lejana parte del abismo, no importa que haría después, solo un lamento, un quejido, un llanto… aquél abismo no decía nada. Por eso David se deleitaba con los breves gritos de aquél pueblo a sus espaldas, escuchaba al maduro carpintero en algún balcón, percibir una extraña presencia en el dormitorio cercano, pero un maduro carpintero como todo hombre no puede verse las espaldas sin hacer el intento de voltear a mirar…

Deleite de pánico, David terminaba su trago, para padecer en la presencia del espacio vacío, el tormento de aquél pueblo a sus espaldas.

12 may 2013

Mi Nombre.

De cualquier rito ha mi ser reencarnado...

Cualquier rito de entierro, humeante.
Del grito estrecho, sigiloso, desmiente el ataúd
pero, ¿qué ataúd es capaz de nacer,
con miedo a la oscuridad?

Dime, ¿cuál funeral de salmos ocultos?

Profana... cierto lamento de gerundios;
y siendo intermediario de manos duras,
y despertando de raíces desérticas, huérfanas;
al rojo perecer...
de sueltos difamadores
y pecadores.

¿Por qué el hombre ha aprendido
a observarme, el negro absoluto,
como triste cuenca de sombras fúnebres,
y carente de espacio, según su albedrío?

Aquél sombrío mar de anti-luces,
hogar de gatos que padecen de mí,
punto que reúne insectos fantasmas
y cuentos de aquellos vivientes incomprendidos,
ahí, almohadas de carbón,
venganza de cuervos en desprecio,
empedernidos...

Malinterpretas la opinión de este
invisible ente,
que solo canta cuando el miedo
le pertenece,
y lo siembra para la hermenéutica creyente,
ingenuos hombros de paranoias recientes,
Así...


Que levante la mano,
¿Quién ha sido víctima de sus propios anhelos?

Ilumina mi esencia cuando haya velas
de congoja, pasaje luctuoso,
no cuando las promesas dominen tus brebajes,
pues aquél zumo agrio de fingidas sonrisas,
es engaño de aquellos insuficientes de papiro,
y si eres engaño, atalaya aunque aventajes.

Soy responsable del embarazo tortuoso,
soy neurona, sonda de silencios,
que Goya, sin tiempo, ha puesto incolora,
porque incolora para ustedes se resume,
a la suma de ausencias
de todos los colores.

Soy la vida de lo que la arrebata,
la circunferencia lluviosa del desierto,
el nombre del apocalíptico sueño,
el poema fatal que le reza al escéptico,
la prosa que en estrofas se manifiesta,
como hoy descanso sin redacción...
ya que nunca ha tenido reglas
el presente
para mí.

Soy el navegante de aquella arena azul...

sobre la parca marítima, manifiesto;
sobre la soledad boscosa, manifiesto;
sobre la bestia bajo la cama, manifiesto;
sobre la falta de aire en la misma carencia, manifiesto;
sobre aquél desamor del romántico, manifiesto;
sobre la cripta de los caídos para sus madres, manifiesto;
sobre la madre cuya cría dispara en capitalismo, manifiesto;

sobre la bebida
que sufre el progenitor
del que adolesce, manifiesto;

sobre la roca cálida del reptil vulnerable, manifiesto;
sobre la misma esencia
en la que ora el ser humano, carente de luz,
manifiesto;

Pronuncian mi nombre con pocos nombres aditivos,
que dibujan vacías esquinas sin opciones de camino,
combustible de aquella desesperación errónea,
bestia hedionda bajo las rocas, allí manifiesto,
cual dicha parábola de
cualquier esencia que se nombra,
con orgullo

Mi enemiga es la ignorancia,
mi enemiga es la fe,
mi enemigo es Hermes,
que aparece sin querer,

que aparece sin estar,
Imagina y
manifiesta.

El enemigo siempre ha caído,
cuando los colores puros huyen,
al sueño lúcido más allá de las sábanas,
nunca las cobijas le protegen de mí,

soy a veces llamado
la vista lúmina,
que hasta aquellos ciegos sienten,
al final del camino
certero de meta.

¿Me has visto alguna vez?
Antes de buscar la falta,
que padece la inclinación de la tierra....

Me acomodan amistad casamentera,
dentro de los deberes
en los rechazados,
pero su papel mental
me rumora
como los normales,
y provocan mi sentir
en su debilidad mortificada,

me acusan de enemigo en la batalla universal...

Pero soy el elemento de lo posible,
y hasta Dios me a posibilitado,
y me ha permitido la entrada en su cuenta,
aquella tarea de lo imposible inmaterial,
su hijo me ha retratado con su nombre,
me ha destinado en los sentidos de la especie.

Aparezco con los menos pobres,
cuando de su carencia y sus hijos se trata.
He aparecido con los menos necesitados,
cuando su riqueza baila en erecciones delgadas,

He manifestado en versos de aquellos suicidas,
que dentro de su escape renacen,
solo para molestar los otros males,
que en su lista perecieron por débiles,
y que por débiles desaparecieron.

Me logro controlar porque controlo vidas,
porque yo destrozo voluntades dirigidas,
arrasé con toda paz universal,
logrando en exiliados someter su vida,

soy la lágrima
de los niños,
porque derroto toda alma
inexistente en cada dogma.

Soy toda fuente de muerte, por demoníaca verdad;
con justicia soy toda fuente de vida.
Soy aquello que se quema en el sol,
que alimentará la leche de los humanos nacidos.

Acorto la gloria en los héroes burócratas,
alargo la falsedad de los que buscan
sobre mí influencia el abrazo de los superiores,
que siguen siendo invisibles,
pero que siguen siendo intangibles,
y que luchan por no ser recordables.

Soy la navaja con la que se rasca la muerte,
soy la caricia de la penumbra inquisidora,
soy el límite que aquél felino
burla con miradas,

soy el Dios, sin Dios que me culmine;

Soy la melodía de tu sombra,
aquella sombra que escucha los tenores,
aquellos tenores que nunca en tu querer conociste,
aquél grave de ruido cuidador de tormentas,
manipulador del viento que adentro sofoca,
atravesando la esperanza que tu boca evoca.

Soy toda aquella cosa,
que sentiste en el momento,
antes de sentir,
lo nombrado anónimo,
en el instante cuando cuenta te diste,
de perder todo aquello que has perdido,
justo antes de dar en la cuenta de lo mismo.

Nada escapa dentro del objeto mismo,
pues he sido creado dentro de lo existente,
y antes de lo dicho, soy relativo a la realidad,
que contrasta en lo negativo con el cielo,
soy lo que antes se puede llegar a esperar
antes de robarle un beso a la fémina amada.

Porque en el renacer de la esperanza,
siempre soy lo que nombran,
antes de encontrarle una excusa,
al por qué pueden seguir con vida,
y sobretodo en felicidad,
aplastando el vocabulario humano,
de los optimistas,
por monarquía de sangre azul.

Soy aquél poema largo e ilegible,
que camina sobre las páginas,
que apartas al mirar sospechoso,
con la mirada térmica sangrando el ambiente,
pues has ahí donde lees ésto,
estoy en los pasos templarios de tu vida espiritual.

Eterno volcán de altares vaporizados,
si repito, es verdad,
si contradigo, sientes lo mismo;
sin estribillo de
supersticiones
donde nunca los ángeles
escupieron,

aquél alivio que cualquier necio seguirá sin dudas.

Soy aquellos ojos que
presente propio del lector
en sus ojos amanece;

soy el todo de la nada perpetua, dentro del todo continuo en la especie.
Soy el calor de frente que desprende lo que aborrece tu misticismo.
Soy el astro fumado en la pesadilla sin paredes sólidas en tu acidez.

De rodillas has volado con tal de olvidarme,
soy inmortal en tu maleficio resucitado,
ya que solo has de encontrar victoria,
claro, dentro del mío imperio,
mostrando la espada que acecha tus heridas,
de infantil quietud con pulcra quietud.

Me llamo lo que en esencia,
no quieres con nombre,

y en lo que en descripción he dicho,
manejando la noche con juego,
a bienestar disfrazado...

Con mi nombre ha mi talento comenzado,
este interminable poema,
de interminables vapores esotéricos,
con una única vez me dedicas lectura,
para terminar con locos en ternura,
y saboreando el saxofón de mi sombra,
que separa el movimiento en la piel del apodo.

Interior de líquidos abismos pasionales,
soy amado por todos aquellos que son queridos,
por celestiales fracasos,
que consideran los estoicos como tragedias.

Hoy sigo vivo, y sigue vivo mi nombre.

Tienes pertenencia de lo que soy...

lo que debe tener el cielo por invadido,

por exiliados brujos que juzgan el escape...


Soy, y recuerda el nombre de previo dictamen en lectura,
de lo que fui mientras me leías...

Abrazo desde cualquier tumba en polvo,

Soy MIEDO, pues perdí el miedo a mi propia voz.

Miedo, como cualquiera de mis súbditos...

Soy TU MIEDO a lo que sea, porque soy.

Soy...

soy de cualquiera...

Como cualquier pared.


Me he superado dentro de lo obscuro...

Has de leer lo que el siguiente enlace expresa en letras de vocabulario nutrido,

Porque de todos modos, en todos los modos se expresa,

Aquella salvación de la que no te escapas, porque lo contrario buscas,

sin corrido que te rescate...

Me llamo MIEDO, mucho gusto, aún conocidos...

LO ANTERIOR...




FUE MI POEMA...