25 abr 2013

Magnífico se presenta el frío al despertar en un ambiente azul.

Abrir los ojos, de la boca, del viento en los brazos.
Mantener la calma, buscar los cuentos de sombrilla.
Beber café amanecido, estrechar la mano con la luna, despedirse.
Mentirle a las manos, inhalar tabaco y perder el punto de apoyo.
Quejarse, lamentar los dolores anchos en cicatrices.
Sumergirse por un libro, dormido oscuro, ilumina.
Analizar los verdes, escuchar amarse entre los pájaros.
Abandonar el calor, aceptar vacías tres utopías.
Corroborar que alguien en soledad hace mejor compañía.
Contar los saltos de las golondrinas en el suelo.
Creer en la existencia, observando la misma desde un punto inexistente.
Engañarse y dejarse engañar, los símbolos de la tristeza son visibles, tangibles.
Números que hay que pensar, hablar, redactar, cantar.
Redactar algo de lo que no se sabe que aún se piensa.
Complicar ciertos silogismos de belleza lingüística quebrada en polvo.
Jugar con las runas en papel de destellos, haciendo agua el color.
Debatir en Neolengua con los estultos, viajes interestelares al devenir.
Comer pedazos de fuego, abatir con pereza los cúmulos pontífices.
Evitar espacios, exhalar humo, maldecir los pasos vecinos, abalar esquirlas.
Mejorar el subdesarrollo de la combustión en una mesa mojada.
Medir sin sistemas el poema de madera hostil de pensamiento.
Imaginar la ausencia de letras predeterminadas al posterior presente.
Fumar ventiscas, pedirle al cuero un placer infernal, moderar la cuestión.
Generar del premio una tormenta que castigue las presencias.
Abrir los poderes, residencias de sobre, sobra malgastar candados.
Entusiasmar el flagelo de los cristales apagados, acariciar con navegación.
Estrellar el vacío con fulgor y vagancia, pintar el éter con música.
Endulzar con páginas los anhelos y embestir con valquirias aliadas.
Furia de los estorbos, apartar con bloqueos de frecuencias cándidas.
Utilizar los prefijos de colocación ambigua por tantear el idioma.
Esquivar pasteles sin palabras, sin baterías, untar premisas podridas.
Esconder la razón que rige la autoridad de la demografía inculta pensante.
Proponer idiosincrasias con anarquía hacia el comportamiento sumiso.
Ser Dios sin tocar el tema, ser el tema sin tocar a Dios, promover y romper.
Encadenar el cielo, alterar el seguimiento faltante de la conducta corta.
Requerir un desprecio, sobornar un desperdicio, morder la vigilia con furia.
Soltar un prestigio en salmos, corromper los vestigios, absorber los pantanos.
Saludar y no volverse a ver, escribirse y no volverse a leer, término de la sesión.
Apartar en tiempo la conquista anacrónica, ahogarse en la fogata del silencio.
Encender más tabaco, rogar por más café, volver a despertar. Ambiente azul.


14 abr 2013

Aquelarre.

Un poco.

Torturas y placeres, que son éxtasis de ventana,
de lo mucho que corremos en nuestro suplicio,
muriendo ante lo poco que queremos volar sobre nuestro juicio.
Anhelamos aquél vicio,
de y para los muertos, son del claro bajo la cana.

Aún siendo León, se cuida del frío,
se cuida la melena...
Aún siendo Ratón, se cuida del quicio,
se cuida la Hiena...
Y por Ratón un Elefante,
para un visto con Elefante bajo Ratón

Un poco.
Y saluda el coraje,
pero el coraje tiene miedo...
Bastante.
Y saluda el brebaje,
pero el brebaje viene quieto...

De ahí en cuando, se hace licuado el corazón
Se hace piadoso el brebaje...

No me tengan miedo ni compasión
cuando asaltamos ruidosos la razón
cuando ya partamos en osos que son, que Son.

Un poco.
de agua,
de ahí en cuando, convierte perdido el culto,
Se hace el coraje, un saludo sin canción.
Del verbo "montar" cuando papeles tenemos,
y convierte de poco de hojas quienes pertenecemos.

Que del bastante soñamos siempre,
quién para quién y perderlo
de sueño voy y voy soñando en esconderlo.
Del verbo "mucho" cuando a quién verlo.

Un poco.

Decían quietos disparando utopías,
para velar de tierra y los sofoco,
procurando al velo un poco,
almohada justa al abrir las mentiras

Suficiente.

Me contaron, que suficiente,
que si le dispara inconsciente,
canto de requisitos los que mienten,
no concluyen aunque pequemos.
Pero no fue suficiente.

Y ahí se congelan los volcanes,
que con velas advierten,
que de velas se mantienen,
que de congelados se divierten.

Suficiente, pero no lo dijo.

Un poco, mucho.
Suficiente.







8 abr 2013

Espejos y Paradojas.


Como pregunta, se han creado variantes que conducen la curiosidad humana por diversas ciencias y métodos de conocimiento, dejándonos llevar por los hechos que más nos acerquen a la verdad, sea el caso de la ontología, la metafísica, la fe y la religión; aunque nos guste probar cosas nuevas, siempre habrá un posible riesgo o consecuencia que previamente aceptamos como desagradable, por ejemplo, si Hawking le revelara el secreto al papa sobre la inexistencia de Dios, automáticamente se desataría un caos a nivel dogmático, contradiciendo las preestablecidas normas del clero, y tal vez hasta la claridad histórica de los errores, como la inquisición, las mentiras (o verdades) escondidas en los archivos secretos, la mecánica cuántica que fue usada por los mismos deterministas teológicos, las indulgencias y el control de masas mediante predicciones de sufrimiento eterno en caso de desobediencia.

 La razón de nuestra existencia ha sido tema en todo conocimiento humano desde tiempos inmemorables, desde poemas hasta tesis científicas, con el pretexto de la salvación y la paz eterna. Las diversas teorías han provocado conflictos, guerras y genocidios, y cada uno ha sentido por lo menos en una etapa de su vida el deseo de conquista universal, alcanzando el respeto histórico o bien la opresión de ideas individuales. Probablemente solo se necesite un vocabulario extendido para influir a una gran cantidad de personas, sin embargo, no somos inmortales, por lo tanto en algún momento se crearán mejores o contrarias propuestas de procesos para llegar a la verdad y propósito de la vida.

En el caso de un servidor, he preferido las tendencias del Existencialismo de Sartre, el Nihilismo de Nietzsche, el Darwinismo y en algunos casos y solo por escape o distracción temporal a voluntad: El Metaverso. Pienso que nuestro sentido en la vida es la búsqueda del sentido mismo, y que el fin de la especie es en sí la misma decadencia de longevidad humana. Entre más nos acercamos a la verdad, más rápido llegaremos al final de la vida colectiva, de la sociedad y de las civilizaciones, debido a una falta de metas, compromisos, responsabilidades y deseos, excluyéndonos de toda perspectiva a largo plazo para la duda en cuestiones de “felicidad” según el término o definición y concepto que querremos darle.

De una u otra forma, nuestro propósito en la vida es la muerte, poéticamente hablando, no llegar a morir, pero definitivamente llegar a la muerte. La Paradoja misma engloba todo conocer, concluyendo, que no hay vida sin muerte y viceversa.  Para conocer uno, hay que conocer el otro pero no se puede estar en ambos al mismo tiempo, ergo, hay que vivir antes de morir, pero no estamos muertos antes de vivir, sin embargo y hasta ahora, no somos capaces de colocarnos en cualquier punto de ambas para ver y entender. Somos parte de un ciclo natural y nos tenemos y tendremos que apegar a aquella ley de anarquía.

Hermoso, ¿No?

7 abr 2013

Como una canción.

¿Me equivoco? Tomaba café con popote, imprimía banderas de continentes, soldaba zapatos por las suelas,  las alfombras le quemaban los pies, veía televisión con máscaras, no le gustaban muchas luces de un solo color en un mismo espacio oscuro. Solía quebrar auras de un solo verso, siendo lesbiana, siendo misionera de la inquisición sexual, convirtiendo mentes cerradas para besar el cuerpo que las aprisionaba. Bebía cerveza de chocolate, la calentaba antes de colocarla en el congelador, escribía sus cuentos en el aire con el dedo y lo único que leía eran las miradas y las expresiones faciales. Nunca usó sandalias, pues su fetiche pagaba pensión, cobrando pudores, talando polvo crudo.

Alguna vez se desnudó en público y se masturbó con las flores de la plaza, se untó el lodo en su cuerpo y optó por seducir a la autoridad al arrestarla sin resistencia ni frustración. Después se acostó con su psiquiatra, se mudó al Distrito Federal, donde hay más gente, por lo tanto, más sexo.

La historia de aquella ninfómana es cerca mi tiempo en vida, hoy. Conocí a su novia chilanga, conocí el desvelo en su cama, conocí su cambio de lesbiana a bisexual al día siguiente, conocí su cambio de bisexual a pansexual y nunca me dijo por qué, pero regresaba de un rancho un domingo. Conocí su locura, sus celos y libertinajes, sus esculturas y sus pinturas y sus ecuaciones, su música y su silencio, nunca logró tener una voz fija, pues le parecía aburrida y fúnebre, prefería contradecirse, a veces hasta cada semana, de Sartre a Tomás de Aquino, de Nietzsche a Hermes, de Aristóteles a Cortázar, inclusive.

Recuerdo que se maquillaba con hojas de libreta, después dibujaba groserías preciosas en su pared con lápiz labial rojo antes de pintarse los labios y besar uno de sus vestidos blancos o sus faldas amarillas o verdes. Cuando se aburrió de vivir a base de noches; durmiendo con sus parejas sexuales, a veces la misma cada dos noches, a veces cada tres meses, a veces en tres meses no dormía con la misma; buscó un departamento en Coyoacán y me pidió que viviera con ella unos meses, y le enseñé a gustar de su sobre-humana habilidad de lectura, a la cual no hacía caso, me superaba por mucho y nunca quiso darse cuenta.

Si en algún momento desaparecía, buscaba la forma posible de evitar encontrarme consigo misma escribiendo o leyendo, poco, y sobre todo porque la espiaba para eso; la descubría en afrosines, la mayoría de las veces, tenía la esperanza de pillarla con Nietzsche, que era un sueño lejano, pero las esperanzas estaban esperando como cuervos en los cables de luz. Piedra por piedra, la vi surgir, besos a beso, ágathos de luz descrito con piel de niña mala.

Me acuerdo que me enamoré fumado por la ebriedad que viernes me permitió aistésis social.
Aquella de los popotes,
a la imaginación del lector
Así la recuerdo, no sé ustedes.

Recuerdo que se suicidó en aquél departamento, nunca me quiso decir por qué.

¿Por qué lo hizo?