5 oct 2014

Notas.

Porque mi sueño es un cristal,
Compadezco de la realidad que me aconseja

 a no expresarme en lo corporalmente efímero 
como tú y yo percibimos al atardecer.                                                                                                                                                             
A no ser como el renglón colectivo 
que surge sobre la crítica del complacer, 
por vivir en el presente.

Mi sueño se cansó de ser banal.
Mi sueño baila sobre el acorde de la irrealidad perpetua que me define, 
porque me define eterno.                    

Me queda tan poco tiempo, que el sexto sentido, 
predicho, se equivoca; 
y simplemente se conforma el instinto a saber que, 
lo que falta por saber, es quedarse con saber 
todo lo que uno ha escrito en los sentidos carcomidos 
por adolescentes como la primera eyaculación en primavera. 

Son notas.

Notas que no recuerdas porque son el querer del sueño. 
Pero me cansé de soñar banal. 
Que el planeta sea lo efímero de la realidad sangrante. 
De mi realidad puerta con puerta, mi realidad sangrante.
Te conoceré cuando tu rostro flote entre la duda de tu propio puritanismo. 
Notas de colores y música y de la melodía colectiva 
que lo incómodo provoca... porque sólo son letras.
                   
Letras de delirio en una nota para despedirse.