25 oct 2016

Discurso para el XXV Aniversario de Daniel y María Pedroza Tello.

Buenas noches. Me doy el permiso de hablar sobre las similitudes sentimentales que me conceden los lazos íntimos creados a partir de la esfera amigable y suelta, respecto a los verdaderos lazos profesionales que guardan, muy profundamente, el arte del progreso sociopolítico en nuestra sociedad; me doy el permiso de hablar sobre la conexión entre dos personas, representantes predilectos del arquetipo familiar mexicano. Hoy como todos los días celebramos la construcción de un esquema, que puedo llamar ideal, para la idiosincrasia potosina. Dejando a un lado las limitaciones de un síndrome, sobre una lectura, pues bajé a mi recámara precisamente a preparar este discurso. Voy a recalcar y voy a posicionar en un contraste sensible dicho esquema; para la incomodidad de los anfitriones, que perdurará como visión estratégica del método cultural potosino para la creación de los nuevos y grandes imaginantes nacionales. Celebramos la unificación de las ideas diversas, que confieren estereotipos más grandes que el contexto individual, independientemente de la misión vocacional, hoy bien establecida, de cada uno de los presentes. Celebramos en justicia plena emocional, una poesía.

Hoy quiero hablar de la poesía del hacer, del poder. Nos vemos inmersos en una actualidad más grande que nuestros objetivos principios y esto genera tensión.

Quiero hablar, más que del contexto; del amor. El amor, como todas las cosas, sigue reglas. Hablar de dichas reglas significa hablar de nuestras coincidencias, que bien podrían denominarse máximas en nuestro desarrollo tanto inter como intrapersonales, y que perdurarán como la premisa absoluta de la condición humana.

Hoy, con todo y el espectro autista que deja mi responsabilidad; de hijo, de ciudadano; me concedo mencionar la infinita gratitud y el eterno apego hacia dos seres. Menciono, porque lo demás, como todo código moral, es intrínseco a nuestros quehaceres utilitaristas. El amor, no es utilitarista. El amor es una responsabilidad y, como han dejado claro las personas, también es una disciplina.

Quiero hacer presente la tarea de Daniel y María Pedroza Tello, de poner en orden los claros lunares y vacíos solares que guardan los estragos mundanos del ir y venir idiosincrático.
Rompen leyes y paradigmas incondicionales.
Los he visto pelear y pelear contra supuestas peleas,
los he admirado andar entre tormentas quisquillosas
y los he visto correr entre calmas y dichas.
Los he visto reconocer y perpetrar patrones ajenos
patrones de lucha y descanso, y descansan al sudar.
Los he visto inertes en maderas de suplicio y metales de júbilo, joder, los he visto creerse mártires y los he visto mártires sin darse cuenta.

Los he visto secos en amargura y desalojo, y los he visto renacer, los vi fénix, a los dos, de cenizas que cualquiera llamaría cenizas absolutas.
Los vi, tanto dios como cuna diabólica y del diablo he visto menos mañas para el castigo; los vi y repetí, como canto, sus verdades cósmicas.

Que si hay un Dios, y lo hay, venga y como lluvia implemente ante todo ser pensante lo que Daniel y María me han dicho.

Que venga, porque viendo lo que son y lo que han construido, puede maravillarse y seguir creando ante inspiración solemne y bruta, como estrella polar conmemora saliente blanca y pura.

Doy una medalla, o la brindará dios, a quien con ese amor haya imaginado tal cosa, como los hijos guerreros ante alabada sociedad idiocrática, sin haber caído los prodigios en penas viciosas que hoy algazara la licencia recurrente al vacío monocromático de la juventud.

Hoy, festejo como oveja negra, pertenecer al rebaño de los cielos, que aunque con exultación llamen mentira los dueños de injurias hipócritas, carcomen con elocuencia a los enemigos de la evolución; que hoy, María y Daniel, con arte sublime de entre los fuegos, procuran su buenaventura hacia la máxima perpetua de los caballeros de la fe.

Soy testigo de la primera disciplina del lenguaje alquimista que gremial algarabía acentúa su propio imperativo: “obra siempre de tal manera que la máxima que gobierne tu acción, trate tanto en tu persona como al mundo entero siempre como fin en sí mismo, y nunca como medio.”


Muchas gracias.

14 oct 2016

El abrazo de Miquiztli: poesía cuantitativa.

El abrazo de Miquiztli: Análisis sin cuartel para dos sustancias.
Comenzaremos a hablar, hablar en tinta, hablar con despojo de la liquidez uniforme sin la inversión sistemática de moldes adaptados al líquido, tomando al líquido como estructura metafísica del lenguaje del pensamiento. Metafísica pues la traducción lleva a la acción, una traducción de las pausas y regresiones a partir de conclusiones dadas, como un permiso para no dudar o cuestionar el pensamiento que nos llevó a dicha conclusión; se crean palabras y las palabras siempre mantienen la función instructiva al ser inmersión lingüística por consideración cuántica. La influencia de la sustancia numérica, extrínseca, como siempre, a la retención sistemática del error, tomando al error como la composición pretensiosa, una composición traductoria, su función traductoria del pensamiento.
Pero, ¿Hablar de qué? (Siempre he estado obsesionado con el conflicto que me generan las reglas didácticas respecto a las mayúsculas; a las puntuaciones en general), hablaremos de la composición misma de la inmersión lingüística, analizando la función traductoria del pensamiento. No hay pensamiento sin emoción, en el efecto de la sustancia numérica, pero la emoción es subjetiva. La subjetividad tomada como protocolos neuronales atados a esa función traductoria. ¿Es dicha composición lingüística una constante de la pretensión? ¿Se pierde la pretensión o la función lingüística al mezclarlo, subsecuentemente, con la sustancia sensible? ¿Cuáles son los parámetros que definen el nivel de composición?
Supongamos que se privilegia de la imaginación necesaria para estructurar la mente como un envase cilíndrico, y este se expande de dos a tres maneras, la unidireccional que produce una estructura insostenible en cuanto a la tercera dimensión del envase, se desborda debido a la asimetría del volumen. La segunda sería la bidireccional, que ocurre tanto hacia arriba como hacia los lados respectivamente (no ambos al mismo tiempo): la altura del envase y el ancho del envase; la altura requiere de una sola línea de pensamiento cuyo “espacio muestra” es el volumen de éste llevado a su máxima profundidad y el ancho como la máxima cantidad de pensamientos lineales en un solo “espacio muestra” cuyos campos probables varían; campos probables tomados como estos pensamientos lineales. Sea una altura favorable calcular la velocidad de propagación de la luz al observar su fuente, y un ancho favorable sean las formas geométricas que puede tomar la luz al seguir leyes específicas que determinan los obstáculos con los que se encuentra dicha luz a partir de su fuente. La tercera es el movimiento vectorial, en volumen y masa, del envase… tanto hacia arriba como hacia los lados. Sea un movimiento vectorial favorable  la velocidad de propagación de la luz a través (atravesando) de los elementos atómicos que configuran los obstáculos con los que se encuentra la luz a partir de su fuente y como estos elementos mutan el tono y la intensidad de la luz; también como dichas leyes determinan la dirección de la luz. Se identifica una cuarta rama fractal, que es el factor potencial de la composición traductoria, implica la capacidad de comparación del producto vectorial, según su rango, con el rango de otro producto vectorial. Entramos entonces en una medición cuántica del pensamiento, y del verdadero poder que implementa la composición traductoria según la voluntad de conocimiento, guiado analógicamente por la duda, el desconocimiento del objeto. ¿Es entonces la pretensión en esta composición traductoria codependiente a la sustancia numérica? ¿Cómo influye verdaderamente la pretensión en la estructura del envase? En función constante de la composición traductoria. La creación de una idea. Se agrega entonces, con cierta ansiedad e inquietud, el factor “vacío” de la sustancia sensible, y si realmente deja un vacío.
Se especula que la sustancia sensible mejoraría la composición traductoria pero afecta directamente la función de expansión y penetra en el envase como ya está. Se intenta, por nervio, eliminar el protocolo sugestivo del vacío y se adentra en el protocolo exploratorio, o de introspección.
Preámbulo; del azul al verde. Miedo, mucho miedo. “Ataques” de la conciencia. Factor humano sugestivo difícil de eliminar. Comenzamos…
Se desconocieron los aromas y sabores en cinco días de abstinencia. Se concluye una posible adicción psicológica, pero tenue, muy leve, respecto al uso prolongado de la sustancia sensible, también matriarca de la soledad y la noche. La liquidez de los pensamientos se diluye en sensaciones que no pueden describirse físicas, debido a que son incluyentes a ellas; se percibe una correlación y no causalidad respecto a la liquidez de los pensamientos. Se identifican repeticiones constantes, toma ritmo. ¿Influye entonces en la composición traductoria? Veamos.
A unos muy escasos minutos, cuesta trabajo concentrarse en las funciones lingüísticas. Hay una extraña urgencia por salir de una ilusoria prisión. Bajo la influencia dela sustancia numérica únicamente, se olvidó considerar los 3.5 miligramos de belleza femenina consumidos por la mañana cercana hora del mediodía. Sus efectos se consideran fuertes agravantes del proceso lógico o anhímico de los pensamientos. El autor nota la redacción cuantitativa y la cautela minuciosa por la elección de pensamiento. Comienza un malestar general, se aprecia una hegemonía numérica que provoca, citando al pensamiento, “una hinchazón de la sabiduría”. Comienzan las visiones imaginativas y se esperan visiones “saganianas.”
Se desperdician buenas oraciones, perduran las imágenes, debido al comienzo de una hegemonía sensible; pareciera el malestar de la sustancia numérica una purificación. Un autor cree que los efectos son contrastados en una base neutral desconocida, permitiendo su análisis. Se pierde completo interés en la numeración sensible pero se notan, justo después, tonos de frecuencia que marcan nítidamente la diferencia entre la base neutral de ambos efectos, y respectivamente dominantes cuando se transita de uno a otro a voluntad; sin embargo, existe un dominio sensible en el somnoliento impulso del proceso didáctico, y el cerebro busca llenar los espacios con palabras relacionadas o análogas… fascinante. A esto se debe el notable mejoramiento, la evolución temporal, de la composición traductoria. Hay una facilidad para identificar la estructura del “espacio muestra”, del campo probable, se pueden observar las fracciones que contrastan en el rango del vector. Se pausan las verbalizaciones y se hacen paréntesis… cada vez más interesante.  Hay episodios de diminutos espectros psicóticos paranoides, relacionados ya con tantas posibles causas, pero cuyos efectos no son nada agradables. Provendrán de un desamor del pasado, un olvido silente, un corte fino en la emoción.
Definitivamente hay una predominante sensación de la sustancia sensible; la ilusión de una dilatación temporal y la suma, ahora deducida respuesta, de los impulsos paranoides provocados por la adicción psicológica debido al abuso. ¿Por qué no? ¿No ha abusado suficiente el hombre de su tiranía? ¿Por qué no abusar de una composición enteramente sensible y no cuantificable?. Concluyo que se debe a que su efecto no es acumulativo, el efecto eufórico “místico”, pero sí se acumula el efecto analgésico y/o relajante tanto del proceso lógico como de la propia voluntad de supervivencia, por lo menos de alguien que ya lo ha probado. Desafortunadamente, la virtualidad de los lujos mundanos es aún más adictiva que la sustancia sensible, y los errores son justificados por las ejecuciones de cualquier sentido y en cualquiera de sus términos. Réquiem por su esoterismo multiplicador del éxtasis.
Se propone a la voluntad; debido a que se concluye que la inteligencia cristalizada se siente, casi literalmente de esa forma para el suave tejido del pensamiento, la sustancia numérica aminora dicho efecto lastimoso de la memoria cognitiva; que la memoria cognitiva y la inteligencia cristalizada sean disfrutadas como se disfruta la música y el tacto, la sensibilidad. Se propone a la voluntad entonces hacer uso total de la interacción entre ambos hemisferios bajo el efecto de cualquiera de las dos sustancias, preferiblemente de la sustancia sensible, de esa sensibilidad que nos impediría un acto de barbarie que perjudique al prójimo en cualquiera de sus términos. Que sea pues una dicha numérica recordar como efecto colateral del proceso creativo hacia todos sus horizontes didácticos y sobretodo en sintaxis del imaginario individual y no colectivo.
Se propone a la voluntad saborear de toda teoría antecesora a la génesis del proceso de verbalización de conceptos en lógica lingüística. Se propone a la voluntad recordar animosamente lo que antes lastimosamente, y hacer uso de todo término, empero, didáctico, para reconocer lo antes descubierto en pena, por hacer uso del juicio para establecer como verdad toda noción verbalizada. Se propone ejercitar la memoria histórica con el fin de utilizar la sensibilidad como fuente de verdad para acreditar toda noción verbalizada, y hacer no perder el hilo de cualquier corrección historiográfica propuesta, pues el espectro de la sustancia sensible mantiene en su abstinencia el movimiento unidireccional del envase. Vamos, la tercera dimensión de la mente se desvanece. Puede que el aparato creativo salvaguarde cierta información necesaria para completar hazañas de elocuencia y retórica reconstructiva ante la civilización, esto se sabe pero siempre se cae en los mismos errores, creen saberlo quienes osan aventurarse a escuchar a los locos.
¿Qué es la voluntad? Para un autor, la voluntad se hace presente al hablar, hablar en tinta, hablar sin los retrasos que sufre el pensamiento por juicios y prejuicios; los llamaría “Arquetipos Arquitectónicos de la Mente”. Se reconocen en el ahora a los arquetipos como seres, entes, inteligencias artificiales, fantasmas, ego. Se busca la función del ego para la esencia sensible de la condición humana, despojándonos de los arquetipos que incluyen todos los vicios y los males… no al ego, que usamos para comunicar siendo la comunicación la mezcla que une todos los bloques de la cultura y siendo la cultura el cimiento de nuestra civilización. Es un instrumento, el ego y no el arquetipo, un instrumento de interacción, la herramienta para la convivencia harmónica de los posibles campos probables de los distintos “espacios muestra”, tomándolos como mentes hechas del desarrollo de la personalidad individual y de la formación del carácter. Aquí se descubre la voluntad, con la necesidad que produce la carencia del propio ego, si se hace la introspección y se procura el correcto análisis mediante el pensamiento crítico, se descubrirá que esta premisa es verdadera. Hay que verlo con optimismo, al buscar la función del ego para la esencia sensible de la condición humana, retomando, concluyendo, se busca la evolución del pensamiento. La solvencia de la sustancia numérica en la sensible y no al revés.
Esto se descubre, respetando y agradeciendo a la inmersión tanto en la sustancia numérica como en la sensible, recordando que es preferible la completa neutralidad y serenidad y que las inmersiones sólo acreditan las circunstancias contextuales, y que el trabajo duro siempre superará a los trucos y al talento cuando de composición por función traductoria de los pensamientos obtenidos en las inmersiones se trata.

8 oct 2016

Al poeta de sorda audiencia.

Termina el concierto de los mil abrazos.
Puedes ir a beber del tejado y sus aromas, cuando el cielo gira sus trazos.
Puedes ir a tejer el navegante de las nostalgias, y rezar cuando desaparece.
Puedes ir y dejar, pero no esconder cual júbilo envejece.

En el intermedio terminan y acusan la mirada y el adorno.
Miradas de alfombra, sin puente al bochorno.
Y si pasas la mano por el polvo, bailan las palabras.
Mira el alfiler atónito su andar de telas macabras.

Empieza y el ave observa su sombra frente al sol.
Nuevas líneas de contraste a su hierba y alcohol.
Empieza antes de haber sido éter y piel hervida.
Erguida sobre los pasos del frío avaro corazón.

¡Qué música de ancianos para cierto tinte!
¡Pintura de carbón y adulada esfinge!
No hay remordimiento de palomar y redada,
que un pez escupe su miel desquebrajada.


Maldito féretro de apologías ensayadas,
Maldito mar de herejías moralizadas.
Las perlas y los vinos alimentan a los cuervos,
para no pasarlos por usura sin sus cuerpos.

¡Con qué facilidad encuentran tentación!
¡Un niño con tabaco y fácil dicción!
Imagen de risa, sin emoción...
Ternero, por fin, termina tu audición.

5 oct 2016

¡Cómo matar a Santa Claus!

-¿Has leído a de la Vorágine?
-No, he leído el periódico.
-Bueno, inventé un término para los de su tipo, 'contraprofeta'.

Contemplábamos la tenue tela de azul pálido que cubría los altos cielos. Hace como unos cuatro meses fue la última vez que estaba así; en ambientes que son casa de campaña invisibles, en donde quiera que estuviéramos se sentía una seguridad que, seguro para el alma, olía a madera, y sentía reconfortar su adrenalina, convertirla a paz después de la tormenta. Ilse quería café de la bolsa verde, ya saben, "¿La que es de café gourmet, con el cuadro azul marino casi negro?" y ella en otra parte, sintiendo su sabor pero el nombre... o la pregunta, como nube disipada de un patético cuete. Ese café nos hacía sentir así, exhaustos de andar a prisa, persiguiendo chaquetas mentales, jugando a la posmodernidad como recién graduados de Dorfman y J.C Lozano; es y son corrientes y contracorrientes tanto de viento paranoico de la juventud como espejos de un mundo virtual que teatraliza nuestra miseria. Bueno, Lozano puede ponerse el traje de Rasputín caricaturizado por, así es, Disney, ya descaricaturizado por Dorfman... y Mattelart, claro, claro.

-¿Qué es eso?- Me preguntó y yo sentí su nariz con la mía, a unos dos metros de distancia,
-Es el payaso verde en las cabezas de desde Villa hasta Rivera, juntando como Frankestein todo lo que decían en un análisis básicamente historiográfico... ¡que pudo haber elaborado el demonio que poseyó a San Agustín!-
-¿"Como un pájaro espectral y profético que, paradójicamente, mira hacia atrás cuando cuenta lo que vendrá"?- Riendo, como quien no puede parar de reír pero develar sus impulsos.
-A huevo.- Dije, devolviendo la risa. -¿De qué es eso?
-Nietzsche, respondió.

Se escuchaba Times Like These, de Foo Fighters; yo decía que era la guitarra del intermedio optimista, ella decía que era el intro de imaginario urbano colectivo; esa sensación de proinminencia, vencedora del hastío que, como vapor de la alcantarilla, calcifica nuestro instinto positivista natural. Opacados por una Orden Mundial basada en hipócritas ideas progresistas, poco a poco se devela, a la mágica heideggeriana, la verdad de nuestra civilización a través del nihilismo ilustrado que amenazaba con transformarnos en los grises de Michael Ende... o los de León Larregui.

-Bueno, algo así, sí. Los valores no pueden desaparecer como tal...
-Se disfrazan.- Dijo susurrándome al ego.
-En lo que quieras; tolerancia, yoga, budismo, Greenpeace, reformas en telecomunicaciones...
-¿Saganianos?

Eran sus sonrisas que forman sólidos de aire, llenos del agua de Márquez, luz líquida, y ella y yo padecemos de los verdaderos y patéticos, como humo disipado de cuetes pesimistas, --ya no tan patéticos-- de falsa izquierda o ultraderecha reformada y demás antagonismos de la electricidad que se sienten los comunes detrás de las orejas... bueno, antagonismos de la realidad de los locos. Sagan será figura post-Marxista, lo aseguro, un símbolo rojo de fe, un ambiprofeta.

-Me refiero a que Santa Claus es un peligro para nuestros hijos- por fin dije, aclarando tanto ir y venir del espectro snob que nos abrumaba en presencia de frágil nostalgia y juicios impertinentes, pero ella puso esa cara de travesura enterrada en complicidad inocente, exigiéndole ubicuidad a mi cabeza. -Los hijos de, tu sabes, nosotros los posibles futuros padres de... los hijos de nuestra generación...- Se me alzaron los sentidos, ahora todo cambiaba con Sosa; tal vez un rastro de la pipa nos impedía llegar a la incomodidad. -Eso,- continuaba... -el recuerdo, el dolor, de mi pueblo y de mi gente, ¿no? El futuro de la civilización que pareciera no querer cambiar pero lo hace de todos modos.
-Pues yo puedo cambiar, por ejemplo, la canción. ¿Qué con Santiago?- Dijo mientras seleccionaba el Preludio al tercer acto del Lohengrin Vorspiel, en Aufzug. Fue difícil encontrar una melómana de Wagner, aunque digamos que ella me encontró a mí, analizando los vectores de reacción en redes sociales para una marcha por la continuidad del grupo de científicos que investigaba el caso Ayotzinapa. 

-Santiago, como narra... comparándolo con todo lo demás, súmale lo que está pasando en Europa, que el líder del mundo se convertirá en el Joffrey Baratheon de R.R Martin para la especie humana y nosotros seguimos bajo el imperativo categórico "obra siempre de tal manera que la máxima que gobierne tu acción pueda ser elevada a publicidad de Coca-Cola."
-Pero lo hacen tan, no sé, estúpidamente obvio, que creemos que siempre ha sido así.
-El choque de realidad con realidad, la defensa paranoica del mundo virtual, de la metafísica utópica que reina nuestros corazones como las amenazas de Nicolás a los ladrones... o de ISIS... providencia, distopía, proinminencia, la remediación del Pillar of Autum...
-la Infinity- Dijo interrumpiendo.
-...a proyectos "Orion" de Taylor y Dyson, o "Daedalus" de la SIB...
-Ahá, como Julio Verne...
-Como Dan Simmons; pero cuidado y nos pasa lo que a Endymion cuando mata a Herrig y...
-bueno, y Santa Claus... es la representación de la decadencia del sentido, la ausencia de valor a los valores; tan estúpidamente obvio...
-Yep, valor comercial sobre los valores.

Los libros eran como aquellas fotografías de los detalles en vacaciones, o en La Condesa, o en Guanajuato; los rayos de luz entre las hojas de las palmeras, el olor a tierra húmeda en la Sierra Potosina, el atardecer pálido y místico en La Paz, la sensación de estar en otro planeta. Tal vez lo estábamos, porque mis palabras tomaban seriedad mientras repasábamos en nuestras cabezas a Bernays, Marcuse, Hegel, al Arthur, Buñuel.. hasta Spielberg y Tom Hanks hicieron su aparición... todas las evidencias culturales...

-Porque la cultura es el desahogo de nuestro deseo a ser esclavos de un sistema. -Dijo Ilse, interrumpiendo mis pensamientos.
-Y Dios es la conciencia histórica de los buenos recuerdos, el demonio de los malos...
-Sí, me habías dicho.
-¿Ubicas la fotografía de los átomos de marcasita del Instituto Martin J. Buerger?
-Sí.
-Bueno, algo parecido pasa con las relaciones interpersonales que forman nuestra cultura, aunque las partes más nítidas son sólo átomos enfocados, suponemos esa nitidez como nivel de importancia en la estructura, esta ya puede graficarse con una simple aplicación en tu computadora, lo nexas con los índices de tendencia a contenidos en un determinado país y...
-Tienes una partida de estrategia en mundo abierto, literalmente, con el poder de predecir y planear puntos y rutas de interés a contenidos a partir...
-...de una incursión centralizada.- Exclamamos al mismo tiempo, mientras ella quitaba la música para sintonizar Aristegui, porque Olallo Rubio no merecía ser reproducido a través de un smartphone. La narración de un golpe de Estado rompió el hilo de nuestra conversación, concluyéndola, a la mágica heideggeriana.

Nos encontrábamos en una mesa de vidrio, en el tercer piso de un lindo edificio, bebiendo el café de bolsa verde. Nadie esperaba que pasara así como así, pero Manuel Velasco ya nos había dado una muestra de la tensa situación entre el poder militar y el gobierno central... pero central, ¿tenía algo que ver? Le dimos seguimiento al evento, nos preguntábamos qué iba a pasar con nuestras relaciones diplomáticas internacionales. Terminamos nuestras tazas, entre paredes blancas y ruidos en mono de titiriteros de la paz, Santa Fe, Ciudad de México; comenzamos a empacar.

-Era obvio.- Dijo Ilse mientras escondía libros en el armario del segundo de los cuartos; vivíamos en un departamento familiar con un cuarto adaptado a medios, el otro nuestra recámara, una sala con otra pantalla exclusiva para videojuegos. -El porcentaje ya era muy bajo, solo faltaba un poco de debilidad, una muestra de que nuestro gobierno no es tan poderoso como pensábamos.
-Y es eso, los medios son como fuentes de transmisión para virus ideológicos, o en este caso curas infecciosas, y los líderes de opinión y contenidos virales digitales son puntos de infección...
-A eso agrégale la radio y tenemos una epidemia política.
-Ya no hay grandes y chicos por capital tradicional, ahora el capital es la información y los valores son lo que nos queda.
-Santa Claus...
-Inversión de la moral a estándares únicamente informativos, pero este molde tradicional nos sigue diciendo que hay castigos eternos y karmas inevitables.
-Santa Claus fue el primer virus ideológico.
-Publicidad para Coca-cola; el mejor instructivo para el contrato social kantiano.
-Virus idiológico.

Las detonaciones nos dijeron que era momento de irnos, muy rápido, con los libros y CDs que alcanzamos a rescatar. Existen dos tipos de periodismo en el mundo libre capitalista; el periodismo de efectividades y singularidades virales a eventos cuya causalidad se limita a paradigmas establecidos por la conciencia colectiva, y el periodismo de los procesos causales que se limitan a reportajes estelares que terminan archivados en artículos de revista o en la sección columnista de un periódico socio-político... cosas que solo el 10% de la población nacional decide consumir e implementar; todo lo demás son diagramas de flujo detonados a partir de las singularidades virales. Lo que le de a la gente de que hablar... como de detonaciones en Palacio Nacional, ¿Cierto? Ya pisaba a fondo el acelerador, pero después de haber subido 6 pisos de estacionamiento del edificio de 20 pisos residenciales. Teníamos que llegar a San Luis Potosí lo más pronto posible. Yo quería quedarme, tal vez como un loco estúpido que busca escaparse de los libros y hacerse el valiente revolucionario. Lo prioritario, el imperativo práctico en ese momento, era proteger a Ilse a toda costa.

-Pero, si fue un golpe de estado, militar, guiado por estos flujos mediáticos, ¿Por qué explotan madres?
-Posiblemente hubo divisiones entre los económicamente interesados y los patrióticamente interesados...
-¿Eso todavía existe?
-Bueno, Ilse, me gusta pensar eso, porque ambas partes pueden estar económicamente interesadas en el "outcome" de repartición de poder.
-¿Y Trump? ¿Qué pedo con el comunicado de Cienfuegos?
-No creo que pase a mayores, no le conviene, probablemente intervenga un organismo internacional antes de que empecemos a hacer un desmadre en las fronteras.
-Tengo miedo...
-Es el único estado en el que podemos ser valientes.
-¿El del miedo?
-Sí, y San Luis Potosí.

Querétaro había quedado inundado de militares, posiblemente el primer punto estratégico para lanzar una ofensiva contra el fugitivo régimen priísta.

-Pero, no capto ¿De dónde sale una agresión por redes sociales?
-Pues eso, nos dimos cuenta que ya es el único medio de comunicación masiva que incluye a todos los estratos socio-económicos del país.
-¿Y los que no tienen face qué?
-Radio, estamos escuchando a Carmen, no sabemos qué onda con las demás estaciones. Además, igual pueden seguir arando la tierra sin saber realmente qué pedo.
-Pues sí, ojalá.
-Sí, para allá vamos cuando todo termine. Lo que pasa es que el elitismo mexicano todavía cree que el conocimiento solo se adquiere en instituciones educativas.
-En Guerrero han luchado por años...
-Pero nunca habían estado tan relacionados causalmente con el resto del país... ahora sí. Vorágine, contraprofeta, ahora los ladrones se quedarán sin casa, sin ropa, quemarán sus bienes y los matarán como a ganado.
-Oye...

La imaginaria casa de campaña había desaparecido. Las sensaciones de plenitud habían sido invadidas por el miedo y la adrenalina; se había desatado la última tormenta, pero antes de hacer poesía maldita y hablar de eros y tánatos como alguna vez lo hicieron dos buenas hermanas, teníamos que entender a qué se refería la radio con detonaciones, por que el país había quedado paralizado y quien había lanzado el golpe; no pudo ser Cienfuegos, ni una figura política pública, menos un funcionario per se. Un golpe militar violento no suena plausible, teniendo relaciones como las de México, tanto dentro del sistema como posibles fluctuaciones hipertextuales del mismo sistema a organismos internacionales, que pueden usar para cambiar su agenda pública, sin riesgos al prestigio empresarial que representan ahora sus núcleos de estado.

-Tienes razón Ilse, suena muy pendeja una ofensiva contra el presidencialismo, es presidencialismo, se usan contactos y literalmente el juego de juntar y desjuntar.
-Porque todos son reemplazables.
-El "sistema" son una bola de escuincles pendejos en un fuerte hecho de sábanas y cojines, asomándose de vez en cuando al mundo real para planear estrategias que los aleje de mezclar su mundo virtual con los ojos de los pobres.
-Eso ya pasó...
-Pero los eluden, se elogian y les da por "apologar", porque los niños tienen papá y mamá que proveen el armamento para sus narcotraficantes y los procesos creativos de sistemas deícticos. Los decoloran hasta hacerlos parte de nuestra cultura, son percepciones que no encajan en nuestras gráficas idiosincráticas, y por eso las vemos como distorsiones de la moral, y ahora todos son corruptos... ¿Como si nos creyéramos qué? ¿Juanes Calvino en tierras fértiles donde no hay competencia porque somos indios sin inteligencia? ¿No les hablaron de la paciencia, la esperanza, la fe, la imaginación?
-Ay, no mames... además creo que te hace falta leer a Calvino, capitán Snob.

Navegando por Loma Dorada, ya en capital potosina sin haber pagado una sola caseta, navegaba el santo como navega el pesimismo en la "energía de la lógica analítica". Que buen disco, número dos de una compilación por muchos artistas para, en este caso, en ese momento específico, Welcome to the Machine, de Pink Floyd interpretada por Derek Sherinian, un solo orgásmico; frenaba en una calle que parecía la espalda de jesucristo, frente a una casa de aleaciones cilíndricas negras, aroma a mierda de perro y a desierto húmedo afuera, olor a perfumes y a comida de calidad inalcanzable adentro. Ilse nunca había estado ahí, pero igual la conocían; era la casa de la abuela, todos estaban temblando y sus miradas compartían la histérica incertidumbre que los colmaba de desesperación y mal augurio. Ilse recordaba entre suspiros y consuelos otro fragmento de Nietzsche; "la moral es la renuncia a la voluntad de existir". Si podíamos hacer algo, era mediante la información y los datos que pudiéramos obtener de las redes sociales, organizar nuestros círculos interpersonales más útiles, planear una estrategia de contingencia en el lugar más seguro, y no perder ni un segundo de vista a la radio y a la conexión wi-fi

Ese viernes fue 28 de Octubre. Habíamos despertado en un cuarto con sabor a oscuridad, bebimos café con sabor a cabaña y saboreamos el miedo de quienes hacían lo mismo. Ahora despertábamos en otro lindo edificio, esta vez sólo fumamos y nos dimos tantas caricias como pudimos, nos encontramos, nos quisimos. Al mediodía cruzábamos avenida Revolución. Nunca volveríamos a ver aquél departamento en Santa Fe, que olvidamos al momento de presentarnos como participantes del movimiento, ante un grupo de estudiantes convocado por una organización civil potosina. Era un edificio simple, de paredes grumosas y blancas, había seis pilares dividiendo el ágora improvisada en tres partes. Que curioso es el estudio del lenguaje, condenado a repetirse, la penitencia de la autoflagelación sobre un puñado de fractales que no entendemos por precisamente estudiarlos demasiado; era el lado izquierdo dominado por estudiantes de escuelas públicas, el lado derecho por escuelas privadas y justo en medio la convergencia chaira de todos los movimientos en los últimos seis años. Ilse fue la primera en notarlo, sonriendo nos dábamos cuenta de que todos esos jóvenes no habían pensado dos veces en decidirlo. Hablaban y hablaban, sin lograr ponerse de acuerdo en las conclusiones preliminares para un gobierno que se había convertido en dictadura autista. Santa Claus iba de salida, ya era momento de madurar a la población y mantener el conflicto lo más cerrado posible a nuestras convicciones, que representaban por lo menos un 35% de la opinión pública independiente; extrínseco de la agenda pública mediática tradicional, los datos los había recaudado la organización civil. Había que comunicarse con otros estados y preparar un discurso de coalición por la repartición de poder. En realidad, estaba más concentrado en lo que había dicho ella el otro día; "Quiero poner a andar un reloj infinito y llenar cada minuto con inmersiones lingüísticas, para soñar a la hora de la hora, y que se acaben las prisas." Pensaba en Santa Claus, lo bonito que sería tener su cabeza en mi pared. Nos convertimos en comerciantes de peines para las ideas...

Apenas empezaba, y ya teníamos hambre...