6 may 2019

Flores enjauladas

¡Cómo recuerdo! El toque del viento, como
respirar al acostarse
sobre
praderas verdes.
¡Cómo recuerdo! El anhelo, el
frío del vacío, al
despertar y volver a verme...

ave
sobre
una cúspide. Las flores, con calma,
alzan su color
hacia el metal,
estiran con fuerza su verde y su
blanco y su
amarillo, y

ahogan
en un palpitar su
aliento, su
moral.


¡Cómo es!
Pensar y ver flores enjauladas. Como salir del sueño,
la pintura corrompida
que simula roble
sobre plástico,
resquebrajada.


Parecieran
mil años de batalla,
un héroe
fallecido,
una espada
oxidada.

Parecieran mil lirios
tirados al hastío,
luz de hierro,

luna olvidada,
sol vencido.


¡Cómo es! Retomar un verso
ya vivido,
solo un par de frecuencias según la distancia,
lo demás
se ha perdido.

Imaginar volver
|¿¡!?| Cómo
se añora la libertad de
un perdón
hueco,
aletheia... tatuada;
un suelo para castos...
la mano
murmurrada

Un suelo, para castos...
la mano del murmurado.


¡Cómo es! Sucumbir
la operación ante valores
estéticos, de
lujo sofista, de
caminos pretéritos.

¡Cómo es! Rascar el presente,
esperando vivir,
abrazando la
muerte.


Tengo por pies
cuatro esferas,
por cabeza
dos barrotes.
Tengo

dos metas
que a su
vez, dibujan
un reflejo,
un
reflejo de

bellezas.


El calor, consuelo, alegría;
cubre
con manto oscuro su abadía... y
perpetua la
noche. La
discordia, la
mentira, el
pavor;

cobran con
sonrisa su
reproche... y
proclaman la sequía.


¡Cómo es! Morir
para nadie,
imaginar que alguien
aplaude.

Resignar el
estómago,
cortar la
sangre.

Ver y pensar,
como flores enjauladas...

de vinilo
líquido, de
soles inertes, de
historias no contadas.

Narrar como
árbol sin bosque, como
río sin
océano,
fuego sin
penumbra...


¡Cómo recuerdo! Orar
sin un Dios,
rogarle a
un muro que,

rogarle a un muro
que se derrumbe,
rogarle a un muro que se derrumbe
sin martillo.


Silenciar
los miedos
de las flores.

Silenciar los miedos de las flores,
enunciar
que rompan,

Enunciar que rompan su jaula...


¡Cómo es! Recoger pétalos
del verde,
inerte, como
el aura,
cauta,
que pinta

el ébano con su
respiro; sin
aula para
una vida, sin
pauta,

sin pauta un,
sin pauta, un
aliento.
Para
despertar y volver a verme.

Despertar, y
volver a verme.

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