6 nov 2016

Suéltame Dios.

Podría demostrar que las únicas preguntas de peso teleológico son las de la ignorancia.
Quisiera tomar un pedazo de aire del sol y convertirlo en caricia.
Quisiera preguntarle al vacío sobre su masa, pues ebulle dentro de sí mismo.
Quisiera demostrar que esa masa existe...

He concluido que el amor pertenece a la más profunda de las incertidumbres,
que no hay paso dado por huella lejana simétrica a la ilusión del tiempo,
Quisiera demostrar que ese tiempo no es sino emoción y que la emoción
es el pensamiento de la materia, queriendo conocer su peso.

Quisiera poner en trazos la fuga de Dios al abismo del hombre...
Que si fuimos diseñados no importa, nos separamos de la palabra;
Pero no nos separamos del misterio, como exploradores eternos de la grandeza.
Oscuridad para quien no sea rebelde en su juicio,
que en su conformismo surge la complejidad de las vueltas al fuego frívolo de la masa,
Que la masa no es sino supervivencia del herido cuestionamiento a la razón y su perpetua autodestrucción.

Quisiera demostrar que el todo se resume a sí o no,
Y que el poder no está en el abrazo sino en la causa que lo recibe y que el ser causal está...
como habita el tiempo la coraza del olvido, y que son sólo superficies de cal y de sangre.

Que la sangre, en su juicioso juego de contrarios a la razón emotiva, motiva y revierte,
Que así se aparta la regla y se siente júbilo sin dejar de pensar.

Quisiera demostrar, sin ser visto. Ocultarme como se ocultan las verdades del buen porvenir.
Librarnos de la sorpresa y jugar con la premisa de la muerte, a su estático vapor y su erotismo palpable.

Suéltame Dios, ya estoy listo. Voy a demostrar que eres posible sin recuerdos, sin historia, sin reglas, sin aviso.

2 nov 2016

Lama gris, lama verde: poesía cuantitativa.

La simplicidad se encuentra esquiva y, sinceramente, peligrosamente frívola.
El lenguaje, el proceso simplista con mayor renombre, cuadra al tanteo esta posibilidad que, por decoro, llamo posible, siendo prudentemente honesto por hallarse en la posición más alta del absolutismo.

La simplicidad del lenguaje no se halla en el proceso de acumulación, sino en el de la creación misma; por esta misma premisa se retoma la idea principal de tan desprestigiada y carente de utilidad prosa del autor en desdicha, porque la acumulación representa la estructura de complejidad en su manifestación minimalista, apta para todo público; en cambio, la creación requiere de cierta caricia curiosa a la anti-substancia de rocío y por rocío refiere, el autor en desdicha, al cauteloso quiebre de pensamientos sólidos para concubinar con la palpable inocencia del encanto vivo de la materia de los recuerdos; por anti-substancia, a la metafísica del río cantor, que en sus orillas hiedra envenene las aguas, el hastío del poeta, la impresión en tinta o de tinta que de tintes presuma su esencia y que pierde el recuerdo.

¿Por qué? ¿Cómo afirmo el silogismo?
Afirmo que su dios es la conciencia histórica de sus buenos recuerdos, su diablo de los malos.
¡Observen ustedes mismos con recelo a lo que llaman simplicidad! Un recuento imaginario como lama envenenada del río mencionado, que canta limpio y únicamente limpio cristalino.
A todo eso han llamado creación, y se creen simples al decirlo, cuando la complejidad azota en las esquinas desquebrajantes de los espacios sagrados, la mente y el cuerpo. La muerte ante su momento, es perspicaz... nos hundimos ante la tentación del júbilo de la seducción del último abrazo del yo. Así muere la belleza, la simplicidad, cuando por tropiezo la invocamos en un éxtasis pudoroso del amor a la creación, intrascendente a nuestros sentidos concientes; cuando la tomamos esquiva, sin miedo al peligro de su frivolidad, porque yace en el cénit totalitario de las emociones.

No existe tal cosa como la simplicidad del lenguaje, eso es parte del recuento imaginario que ustedes han creado, pero para desdicha susodicha del autor, han creado como enfrentando la muerte; la simplicidad es la belleza de las cosas en ese orden, lo han creado como han creado el morir con simplicidad.