28 dic 2012

Pluma. Como elDormitorio

Equipaje,

por concurso al sueño...
Con teclas del blanco desosiego
Como la cama del maestro aprendizaje...


Como la luz que la noche encela
Como la distracción de recuerdos en vela
Como relojes del dormir y por suelo despiertan
Como el cálido quiera y corto mantenga
Como la tinta en sábanas de alerta

Hoy de cuervos en desperdicio
Con notas de alusión  desde el solsticio
Con cejas sobre constelaciones en desquicio
Corren la luz y el amigo mestizo

Abran los infiernos celestes; contadores malditos,
Que ha llegado el yerno, el de la orquesta... sin prestigio...


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Escápame voz maldita del orgasmo literato

Con un grito del sol al martirio derrito

No soporto en convenios este maltrato

He de sobornarme tal cual poema esclavizado en rito...

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Caudillo de Gardenia
                de  Sueño... .
                 de  Cenizas ...

Un Juglar.. en ese reino donde son soberanos aquellos sordos...
Dofo  de P. con Tello, pero Dofo...


Adolfo Pedroza Tello, y ya...



25 dic 2012

Y Esterlina La Noche...


Y mientras se cantan los altares...



Encuentros maestros de los que ensuciares

Se recorren las bendiciones que atases

Trota tus placeres por los altares

Enmiendo al juglar cansado de manglares

Reventar el socorro de los sentares

Levantando pasillos en asentados despertares

Inhabitadas las maderas que comunicases

Navidades de bestias que con rosas matases

Avadases con tórtolas en poemas sobre azares 



Longevo y tardío el dibujo de tu martirio

Atardece el rencor de manchas de cobre tibio



Nombres de talismanes desterrados

Once en palabras de los marginados

Conocedores de los totales pardos

Hecha la pintura lúgubre de los gatos

En las tablas he iluminado los cuantos versos...


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Caudillo de Sueños
Ceniza de Gardenia
[...]
Caudillo de Gardenias
Cenizas de Caudillo
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Adolfo Pedroza Tello

18 dic 2012

Las Sombras del Tiempo.

Siendo apenas un niño, decidió partir a un viaje en el cual no tenía la más mínima idea que involucrara el retorno. Se dedicó a dedicar palabras que idealmente cambiarían al mundo al tocar el sentimiento del deber siendo así la primera canción de su querer a la bandera.

Hablaba en convicciones reversibles en su fuego, luchaba contra dragones de cristal, asumía poder hecho agua y corría entre pabellones malinterpretados. Aseguraba plantíos con cenizas de martirios y asesinaba memorias de luces estupefacientes. Maldecía las banalidades extrañas con sueños de groserías navegantes. 

Partió con ideales futuras, conoció el rencor pretérito y el sentir a lo imperativo. Extrañó el alba, decía que extrañaba el frío y los pasos del día.  Era solitario en su glifos amorosos y virtuoso en su ser dionisiaco.

Dejó al tiempo peinarse el desenredo. Enseñaba las celebraciones vacías del viento. Un día, amarró los años con los musicales del alma. Durmió con brujas eternas y traspasó los planetas de calles mentirosas. Abrió las llaves de la noche lejana. Dentro del juramento atardecido, con el bien del comprendimiento, marcó las cruces del llanto.

El mal lo prefirió y él prefirió la soledad y el olvido sufrido. Amó el adiós policíaco. Derritió el negro del revivir, acarició el aire del perder, nadó en la luna del mar, perdió el rincón prendido en brillo. 
Solía pensar solo, ahora mantiene miradas derrotadas de cortesía, con gracias de intimidad de dulzura. Hizo posible el aprovechar momentáneamente el usted pagando locuras del corazón.

15 dic 2012

Sujeta a mis ojos.


Sal ya del llanto mío
Del cual te escondes
Del vino su ministro de riachuelos
Convertir y rosar la niebla con un siempre
Del polvo con agua de humo y comprensión
De la locura y los bochornos solitarios

Es una divagación de ideas
Corriendo por mis seres.
Por mal nutrido el recuerdo de percances
Por ciega la almohada de tener cálidos los impulsos

De redundancias banales en acordeón del líquido
De heridas malgastadas con aprovecho
De sombras corrientes con pechos hambrientos
Un Bohemio en cantos de sal y costas

Que a duras penas me pegué
Que al torno basílica te quedé
Encuentro sangre y de fumar
Imágenes con hostigos
Y en hastío los percebes

Me recargo en un Sol frío,
Me recuesto con Luna y lo tibio,
Mantengo letras sin martirio,
Marco una estrella en lo distinto,
Más no pierdo postura en el partido,
Bebo sin costras lo perdido…

6 dic 2012

Sobre Caucho.


Ya tenía el anillo debajo de la cama y la cena lista, se dirigía en su Ford Fusion a obtener una docena de rosas. Pensaba en lo afortunado que era; había terminado su doctorado hace dos meses, había ya comprado un departamento cerca de la playa, habían ya pasado dos años con su pareja y era inmensamente feliz. Ella era arquitecta, bondadosa, trabajadora y preciosa.

En el espejo del amplio ascensor se ajustó la corbata y revisó su peinado, respiró para calmar los nervios y procuró tener el ramo recto y la ausencia de espinas en las flores. Se abrieron las puertas, salió enérgico y dio vuelta a la derecha, caminó diez y seis pasos en línea recta, dio vuelta una vez más a la derecha y caminó otros seis. Se encontró con la puerta número 523 a su izquierda, buscó una llave entre muchas otras, la reconoció y entró.

Estaba nervioso, verificó que la carne estuviera fresca y el vino a buena temperatura. Algo vibró en su bolsillo derecho y pegó un brinco inocente para después contestarle a su futura prometida tartamudeando su respiración balbuceando algunas palabras, colgó y corrió al baño para evitar cualquier mínimo detalle que faltase en su presentación y apariencia. Al oír el timbre su rostro se tornó pálido y sus manos resbalosas. Saludó temblando un beso y esperó a que los pies de su amada traspasaran el marco de la puerta y al cerrarla cambió su color facial a un tono rojizo y pegó sus brazos al cuerpo, elevándose a momentos con la punta de sus pies.

Fue todo un caballero, ya sentado habló con seguridad y confianza, no despegaba la mirada de aquellos ojos femeninos, no perdía la ocasión para asegurarse de que no faltara nada en la mesa y en la comodidad de la dama, escuchó con exquisita atención y comió con extrema educación. Cuando se acabó el primer Tempranillo Rioja se frotó la servilleta de tela sobre su limpia y paranoica boca y la dejó a un lado del plato, pidió disculpas y paciencia. Corrió a su dormitorio y desesperado tanteó el suelo debajo de su cama para reincorporarse con una sonrisa bien marcada y regresó a no estar solo.  Explicó su extraño y reciente comportamiento como introducción, después una sincera confesión de sentimientos. Él sentía su corazón en éxtasis y su cerebro embriagado de euforia…

Alzaba la palma de su mano derecha antes de que se diera cuenta que había cenado carne enlatada y que el último abrazo haya sido una melancólica despedida de su madre. Subió la mirada hacia los pies descalzos de su compañero de litera y se acostumbraba al molesto ruido de botas corriendo sobre el piso de madera y de gritos corriendo por el pasillo. Se sentó en la cama como todos los demás e hizo un intento por despertar y aclarar su percepción. Lo zarandearon y al sentir el frío del polvo del suelo se puso de pie y se lanzó contra su deber. Había puesto ayer sus botas bajo la cama, procuró la presencia de su uniforme listo a un lado de la ventana. Se vistió apresurado y se dirigió a la puerta del edificio, donde obtuvo lo necesario para asegurar sus pertenencias y contó una docena para estar más tranquilo. Tomó con fuerza los tubos de seguridad del vehículo y comenzó respirar el amanecer, hacía frío.

16-Fusión 6, 16-Fusión 6…” Decía la radio. Ocho por motor, 15 motores, una patria. Se cruzaban la vista entre los compañeros de la unidad, sonreían. Comenzaron a cantar, “México lindo y querido, si me toca cerca de aquí, que digan que estaba dormido, soñando morir junto a ti…” Sintió como caía el aire sobre la carretera en menos de un segundo y un zumbido en el oído interno. En reflejo saltó al pavimento y se arrastró hacia debajo del blindaje, uno, dos, tres hombres no lo hicieron.  Notó tres camionetas en la cima de una loma y un refugio debajo de ella, de alejó de una fuga de combustible y movió las piernas como lo había aprendido. Saltó para besar la tierra con sus rodillas e identificó 6 siluetas iluminando el alba y apuntó. Doce balas y un solo grito de guerra. Posición rígida y enemigos marcados con furia para distinguir entre lo que debe y lo que teme. Doce disparos, 6 cadáveres, un herido. Al llegar el coronel lo motivó a levantarse pero solo rugía en sinfonía con diciembre, al calmarlo, lo recostaron sobre la llanta del vehículo enemigo, despedazado. Un cabo sacó rápido un botiquín de primeros auxilios de su mochila y al intentar frenar la hemorragia el herido alejó la caja blanca y metálica con un suave movimiento de su brazo izquierdo, pidiéndole que ahorrara el medicamento.

Le preguntó el objetivo de su petición, el Soldado le dijo que una de las balas perforó la vena cava y que no había forma de sobrevivir, su último deseo era hacer realidad un sueño...

De su rifle cayeron seis narcotraficantes, sin ellos, tumbarían de una vez el teatrito de la Operación  San Luis, con el objetivo de recuperar la plaza y seguir vendiendo coca y marihuana a los perdidos jóvenes ignorantes y estúpidos, resentidos con la humanidad. Afligidos por una ambigüedad...

“Dame una bandera” le dijo al cabo que entendía y obedecía con expresión solemne.
La tomó con fuerza, la besó con sus lágrimas y la abrazó con su sangre…

México…” Le dijo al cielo con el llanto sobre el caucho perforado por una de sus balas, después regresó el rostro y acercó el escudo a su boca, que se esforzaba por el último aliento, “Lindo y querido… Si muero cerca de ti, que digan que ya he cumplido, el querer vivir junto a ti…” Lanzó un augurio, calló y después grito con orgullo el fin de su vida. Al rodearse por los gritos conmovedores de su pelotón, abrazó la tela contra su alma, leal, valiente, enamorada… “Cásate conmigo…”

Epitafio: “Antes de cerrar los ojos por última vez, quiso que su Coronel se asegurara de que partiera con una buena sonrisa atada al rostro, y que se recordaran sus palabras: Morir por tus seres queridos. DAR LA VIDA POR TU PATRIA.”

El soldado fue enterrado como todos los demás, su familia lloró como las de todos los demás, y discretamente como todos los demás, fue enterrado con La Bandera de su amada Patria pegada al pecho… México.

…No recuerden donde fue que fallecí…
…Recuerden, más bien, donde fue que nací…

Cenizas de Caudillo - Las hojas muerden secas aunque estén en tu propio jardín.
Caudillo de Sueños - Antes de una taza fría, sírveles su propia propina.
Sueños de Gardenia - Si un girasol en mi jardín no encuentra luz, incendiaré las montañas,,, y haré que el planeta gire en busca de fuego...

4 dic 2012

Y hazme soñar.


Que son los Ojos de la Noche, Vida Mía…
Las historias de los pasos que sangran tu vida.

Que son los Colores del Requinto, Vida Mía…
Corazón de los dos,
Las melodías de la conquista que me saben y a sabor tienen a tierra fría…
Y arrastres desconsolados con el viento…

Son los Ojos de la Noche, Vida Mía…
Los que me tienen cansado,
Los que mienten,
Los que me tienen Soñando,

Son los Ojos de la Noche, Vida Mía…
Los que me están MATANDO…



Caudillo de Sueños.

Ella se peinaba.


Heirloom Wood Journal – 04/12/12 – 4:34am

La recuerdo, claro. Ella se peinaba por las noches en una piyama blanca, sentada en la orilla de la cama mirando hacia la ventana del dormitorio doce de la mansión de sus padres, en una carretera olvidada hacia Guanajuato, era de piel serena y ojos alegres.
Solíamos beber café en el jardín pegado a la casa de juegos de azar, junto a una gran alberca, en una mesa blanca, los dos Cappuccino, los dos  Pall-Mall, los dos un Allegro, los dos una lágrima, una flor en el jardín.

Recuerdo llorar al escribir… escribir al llorar. Dejando caer el tabaco y las cenizas como mis lágrimas en una madrugada de invierno, cenicero improvisado con agua. Luego ella venía a rescatarme para seguir escribiendo… Los dos un poema, los dos un Adagio, los dos un clavel.
Sentados sobre casas de compaña dentro de sus bolsas, en el único claro que quedaba de la reserva natural, lo único que quedaba de pasto verde. Nunca nos dirigíamos palabras, bastaba como me besaba los augurios.

Recuerdo los pilares interminables de libros en la alfombra de su dormitorio de arena, las colchas de cristal y las noches de desvelo a voluntad. El pintar juntos sobre la terraza de su nana, extasiados.

Recuerdo la brisa de sus sueños alegres, atónitos al despertar, que nunca llegaban lunas al navegar y al verlas se imaginaba que les caían en sus brazos.

Recuerdo que el mejor romance fue de los besos como miradas. Pasábamos horas sin hablarnos, sin tocarnos, sin acercarnos. Amábamos con los ojos y corríamos descalzos, recuerdo…

Recuerdo ver llegar a su padre con su escuadrón, partían hacia Sevilla, ya en sus dos piernas nostálgicas por el frente solo atacaron vientos envenenados con llantos melancólicos anhelando ver un día la Soledad, la Soledad de la Luna. Ya teníamos a las estrellas en nuestras manos, nuestros dedos dejaban caerlas, lágrimas de aquél viento… Las Estrellas…

Me tomó la mano y enérgica me arrastró a dos pies contra el convento, pareciendo, sin salir de la hacienda y se hacía tarde y corría y corría y me hacía levitar mientras lo hacía, esperando estar devuelta con aquél clavel.

En el tren se oían bosquejos solemnes y lúgubres, el helado vidrio de la ventana congelaba mi espalda, ella se recargaba en mi hombro izquierdo y yo trataba de acostar para que descansase, pero arrebataba la mano mía para contra el hombro contrario suyo y descansaba… Nunca cerré los ojos…

A la salida de su café la esperaba con un canto y unas flores, los tabacos ya estaban en la mesa [-] mesa de cristal… [-] Y dos corazones al bailar…

Se sentaron en nuestras tazas, los dos Cappuccino… Un panecillo dulce para vos mi reina, su majestad que de órdenes [ordés] solo aquél plebeyo [plefebo] de llantos rosados nos hará cantar…

Su risa, claro, la recuerdo. Era rechoncha como la María de Lourdes dentro de poco para su restauración veraniega. Un sonido palpitante, dulce y sin remedio. ¡QUE ME SAQUEN EN CADENAS, PERO MI FLOR NO VOY A SALTAR! ¡PARÍS! Lo bello de tu dama a encelar, y entre pasos callados y libretas empapadas en la sangre de cuentos imaginarios la logré conquistar…

Recuerdo que no hablábamos. Amábamos las luciérnagas y meterlas manos en las bolsas de granos para pensar que lo robamos y que estuvieran equivocados, y su sonrisa una vez más me dio llanto a las cuatro con tres de la madrugada [-] Recuerdo despertar y el seguir dormido en ése tren…

“Lo bello que es vivir enamorada de un tren, de un asiento, un Allegro y un dormir…”

Luces, fuego, tiroteos, grupos de caza. La Guerra. La Paz[-]. La Maza.

La Muerte, claro, la recuerdo. En su departamento de París, yo vestido de blanco y ella peinándose en la orilla de la cama mirando hacia la ventana, rociando de claveles las cortinas, enamorando las alfombras, preparando té para los rotos pinceles del caído trombo de guerra y el acordeón mal-herido de panchos y furias…

RECUERDO QUE LA AMÉ... [-]

LA
LA AMÉ[-]
LA AMÉ[-]
LA AMÉ[-]
LA AMÉ[-]
AMÉ…

La Amé…

Sí, lo recuerdo, claro. Fuimos dos, fuimos ella, fuimos yo. Un Cappuccino para las tardes del café de París, un Allegro… Fuimos Allegro, claro, lo recuerdo.
Fuimos una flor, fuimos un sol, fuimos…
[-]MUERTE[-]GUERRA[-]AMOR[-]

Fuimos dos ojos besándose, que al caer el villano, lágrimas del tabaco escuchó. Llorábamos humo y bebíamos café.
Fuimos el viaje a Sevilla para ir a París.
Fuimos, ambos, lo que la amé…

PERO ELLA NUNCA DEJÓ ESPAÑA
Y YO NUNCA DEJÉ EL TREN.

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Sueños de Gardenia
Cenizas de Caudillo

Yo la amé mientras Ella me amó… Y fuimos lo que fue…

Caudillo de Sueños.

2 dic 2012

ceci n'est pas une rideau


No se tiene a la luna con solo verla durante la noche…

-Cuenta tus segundos y desaparece.
-No.
-Cuenta las estrellas y despégate del suelo.
-No.
-Cuenta lo que no fuiste enamórate de los cerros.
-No, no, no.
-Cuéntame entonces, ¿Qué cuentas?
-Cuenta tus colores y desaparece tus versos.
-No.
-Cuenta tus miradas despégate del trueno.
-No.
-Cuenta que no estás y estremece.
-No, no, no.
-Cuéntame entonces, ¿Te gusta contar?
-Gracias. Sí, gracias.

“MIERDA IMPERIALISTA”. Callamos todos. Los dos y los dos de los dos. Callamos todos.
Sociedad esclavizada por el capitalismo. Los pobres. Los ricos. Los recién llegados. Los que se van. Los que vienen. Los colados. Los “desjuntados”. Los mediocres. Los mediocres millonarios. Los cultos. Los cultos pobres. Los educados. Los educados encadenados. Los educados anarquizados. Los exterminados alegres. Los atrapados corrientes. Los callados sin suerte… Todos callamos.

Los locos temen ser vistos y recordados como cuerdos.

-“El derrumbe de un sueño. Algo hallado pasando…” ¿Qué es?
-Tú.
-Resulté ser yo.
-Una corriente de aire. Aire a campesinos. Vientos de traición… ¿Qué es?
-Patria.
-Y tú propia indulgencia.
-Sueños que no son sueños. Metas que matan sueños. Nueve velas. Seis millones sin mecha... ¿Qué es?
-Mi Lucha.
-Rasúrate.
-La “d” tiene 17. Oh Fortuna sin abrir los ojos… ¿Qué es?
-¡Presto!
-“O Freunde, nicht diese Töne!”
-“¿Sentir temor a los anatemas? ¿Preferir las calumnias a los poemas, coleccionar medallas, urdir falacias?”… ¿Qué es?
-No, gracias.
-NO GRACIAS.
-No… Gracias…

Los cantos de una libre come-hombres.

He criado mil y un promesas saltantes
De correos necios y mentiras faltantes
Partimos sobre hidras de castigos y tiernos favores
Hundimos el fervor de los gritos montones
He alimentado a mis hijos con más de cien hombres
¡Oh falacias orgásmicas! Los pecados más torpes
¡Canta liebre blanca! Mira, que no te ves
¡Canta entre los glaciares! Tienes tu libido al revés
He surtido de partidas a los partidos
He partido hacia el billete de los partidos
He observado a una pradera incendiarse
He apagado el fuego para ver los habitantes congelarse
Pero sigo cantando… Liebre de las mil y un flores tatuadas
Sigo saltando… Pradera de las mil y un liebres asustadas…

Esto no es arte surrealista

-No soy.
-Depende de quién.
-Tú.
-Nada es mentira, todo es real.
-La nada no existe si no hubo alguna vez, un TODO.
-Alguna vez la mentira fue real lo cual fue TODO.
-Por lo tanto…
-TODO fue mentira y como todo es real
-Y lo real es mentira pero nada es mentira entonces…
-Nada es real, nada es mentira...
-Todo es real, todo es mentira...
-No soy…
-Seas yo…
-No seas somos.
-Está bien, no eres seas.
-¡OH! Seamos somos.
-¡Uh…! Beso…

El que esté pintando con palabras tus oídos...

Sueño...

A Buñuel, a mi padre, al tabaco, a mi alfombra y, por su puesto, a ti...
Desde el infierno, el mío, el que no es de dolencias.