Un avión despegando en un mar agitado por un corazón latiendo, latiendo aceleradamente;
chispas, explosión y caos
dentro de un cuarto mágico.
Rosas, blancos y azules
bailando alrededor de un hada de alas grandes
que se confunden con las de un ángel.
No pueden faltar el verde y el amarillo; son un sueño que pocos han vivido.
Como un barco zarpando a la aventura,
sin decir adiós,
y volviendo al puerto cuando se le da la gana. Libre de acuerdo con todo
y con todos para existir flotando en una realidad extraña
sintiéndose dueñx de todo y de todos los corazones que se
atreven a pasar por su camino.
La inocencia,
presencia, elocuencia;
flujo.
Nacer otra vez.
Observar a través de un telescopio que son los ojos cafés y profundos
de un niñx de diez años.
libre. libre. libre.
sin cadenas
sin miedos
sin juicio a ser fin en sí mismx.
Amenazadx por el ruido de pantallas microscópicas que no temen a robarse su esencia.
No temen a robarse su alma.
Sin embargo juega,
porque es inteligente y sabe que está aquí
para pasarla bien. Sabe que está aquí porque se siente amadx,
porque se siente en casa,
y se sabe acompañadx por mi mano, mis palabras, y mi abrazo.
adiós.
y al final un adiós
que sabe a melancolía
porque era todo un sueño.
Marissa Anaya; Cd. Victoria. Julio 2022
Hermosa poesía!!💗
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