24 mar 2013

Mañana de noche.

La canela corrompe. Se los juro, he estado tan ocupado mintiendo durante las peleas de martirios contra placeres que ya no sé si mentir o sentir un orgasmo. Se los juro, que la canela corrompe, siendo perfume, siendo condimento, siendo especia, siendo sueño, siendo costal o rama. La franela ensucia. Se los juro, que mientras la fantasía de aquél muro mientras ves, era intento de esclavitud. El cerebro de los estultos consulta la libertina tercera persona, pero dices sin hablar nada, como ciego. Se los juro.

Los colores enamoran de los lugares dentro de los ecos, pero el toque de la muerte ata los prejuicios. Cae el agua. Se los juro, cae en fe. Pienso, que cambios al alba se corrompen, porque la canela corrompo. Se los juro, creo.

Amenazo las montañas, presentimiento de noche, con tonos largos y abandonos. Lámpara, con hijos, de  cloacas siniestras, y flores.

Miento. Se los juro, he de dormir, porque un cuero de mineralizada identidad vuela durante las danzas.

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