27 sept 2013

Miedo.

El miedo a la vida.

A ser comunicado. A vivir entre las teclas.

El escapar de la música y del silencio evitando las palabras.
El emerger de la madera profeta de líquidos dentro de una cordura.
El acostarse en sudor metálico y parecerse a las alfrombras.

Miedo a correr entre la arena, y contar el bosque de las entrañas.
Huir de las nubes, esconderse en los pechos de almohadas silentes.
Fantasear con el imposible, pegarse al éxtasis infinito.
Tocarse hasta explotar el volcán inactivo por no poder torturar.

Aceptar la extensión de los llanos para no recordarse.
Contrarrestar una lágrima para dormir a pesar del tono grave.
Buscar y perderse sin escribir como el usuario.
Aceptar el pánico, enloquecer con las sombras la espalda.
Se siente el frío de la ironía a lo que se aspira perpetrar.

Fugarse ante lo desconocido para no mostrarse existente hacia uno mismo.
Querer pertenecer al revoltijo de insectos por creer en resplandor,
Cuando se merece ser tarántula...

Cuando se merece ser miedo.
Cuando se perdona tener miedo....
Se reconoce lo incógnito salado y se inunda lo brutal
Respirar el cristal de la tierra ajena a nuestro umbral de costumbres.
Se suspenden los parásitos en la humedad dulce de la piel.
Se escuchan voces...

Cuando se observan entes externos a uno mismo.
Cuando se padece lo completamente bizarro.
Cuando se pierde uno en uno mismo para alimentarse.

Corre...


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