29 jul 2013

Metilfenidato.

La teoría del Duelo Perpetuo trata de explicarse a sí misma la posición del Orgullo dentro de una persona, resumiendo que el Orgullo y el Orgulloso son secciones que se complementan pero que no conforman un total psicopatológico.

La teoría del Duelo Perpetuo se rodea por dos leyes y una tercera fracción inmaterial. El orgullo es inofensivo entre dos condicionales muy diferentes, irónicas, no es una teoría como tal uniforme; se mezclan la ley de Coulomb y la Entropía. Los opuestos, en la teoría del Duelo, no solo se atraen, hay algo “Darwinesco”, el orgullo atrae al opuesto para esclavizarlo, pero no martirizarlo, Maquiavélico y tierno. El humilde admira al orgulloso, siempre y cuando tenga éste algo que ofrecerle, pero no necesariamente, el humilde, necesita esta oferta intelectual, sin embargo no sufre conciencia y no logra digerir el concepto motivacional de premio por independencia o fácil aprendizaje autodidáctico aun siendo capaz de posibilitarlo. El orgulloso no recibe paga porque, tautológicamente, no la necesita, entonces cubrimos dos necesidades que paradójicamente se complementan en un ámbito social; ya no existe un “te proporciono porque tú lo careces”, es un complicado y capitalista “te proporciono lo que no tengo, porque no lo necesitas”. El humilde es indefenso cuando el rival se defiende y es transparentemente indestructible cuando es atacado; así, el orgulloso le proporciona un escudo contra el escudo al humilde y éste le proporciona una infalible falacia ex populo al orgulloso o simplemente la bienvenida teoría consensual… tremenda espada villana de una manera justa e injustamente heroica. Esto como variable atenuante de la primera condicional; la ambición maligna, fundamentada por el fanatismo del círculo social voluntariamente dependiente, provoca el imperialismo idealista del orgulloso.
La segunda condicional, la Entropía, ejerce una constante indefinida. El rival posa sobre la paradoja temperamental del orgulloso y el caos se expresa en implosión; un contrario es, fundamentando la ironía representada en diagrama de Venn al entrelazar ambas condicionales, el similar orgulloso; descarto la refutación hacia ésta segunda condicional, ya que el rival puede o puede otra cosa y el protagónico reacciona de la misma forma o de otra ante la capacidad o la capacidad de otra cosa del rival. Recordemos que ambos cuentan con ex populo, y que si estos “refuerzos” estallan en conflicto, ambos orgullosos pueden o no pueden o pueden de otra manera conciliarse… o no.
Sucede en ciertos individuos, incluyendo a uno, que estas cuatro partes de la teoría del Duelo Perpetuo ES la sección complementada dentro de lo que ESTÁ en el total psicopatológico; en ciertos individuos, la teoría del Duelo Perpetuo es ambigua. Se refiere a la interna y a la externa, la externa ya está escrita… la interna es relativa a lo explicado y relativamente inexplicable. Tratémoslo como la teoría del Duelo Interior Perpetuo, cuando la Doble Personalidad está fuera de la cuestión como espectadora pero acercándose a un parecido Deísta. 

Es cuando empiezo a escribir sobre mí pero generalizando, linda paradoja… un Origen. Es cuando el título y el texto comienzan a colaborar. La Locura, mi sensual e insoportablemente adorada compañera, punto (con una pausa de paréntesis, la Locura y el ser que es Loco, para separar sin tomar distancia… ahora sí).
Tal vez me distrajo la futura carencia de cerveza, cuando mi mente se tortura por querer que no se quiera querer hacer necesario un vicio a sabiendas de una inmunidad a la adicción. Tal vez solo queda un trago, Leeloo lo examina y se va desinteresada, me urge no desperdiciarlo porque me urge tomarlo, debido a eso no pensaré que no pensé eso mediante la inmediata e inmediatamente futura combustión del génesis de otro cigarrillo; lo haré posible, el deterioro temporal de un vicio mediante del secuestro perpetrado por otro vicio. En ocasiones pienso lo que estaba a punto de mencionar pero que acabo de olvidar; pero recuerdo la similitud (y la gracia que eso me ocasiona) a los juegos de Mario (Nintendo, no trato de agregar personajes), ya no se puede regresar, ya no se puede estar preocupado por lo que necesitas olvidar, quieres recordarlo pero lo recuperas solo si… para volver a empezar tienes que morir… o suicidarte. Ya lo recuerdo; en ocasiones pienso que pensar en algo que quieres hacer a corto plazo mientras el plazo se cumple… pausa, terminé el cigarrillo, ahora pienso que es mejor ese último trago antes de que se caliente. Levanto unos milímetros la cerveza para arrepentirme, escribo, frustración del bombero neurona cuando las ideas se incendian, se consumen, se agotan… se hacen cenizas. Era un trago antes del último trago, sentí que, en efecto, se calienta la cerveza; acepto la derrota, se acabó la cerveza, quedan muchos cigarrillos. (…) atascado, fallas de redacción, la idea sigue viva. Continúo regresando un poco, morir otra vez, mientras el plazo se cumple me preocupo por el vencimiento del mismo. Obtengo lo que quiero cuando no estoy pensando en cómo quiero obtenerlo… “La Mente actúa de formas misteriosas, pues solo la mente puede ser el verdadero DIOS de uno”.

Sufro el placer del Orgullo que no me hace ser Orgulloso mientras sufro el placer de la Humildad que me hace ser Orgulloso; orgulloso de ser humilde y soy humilde por el Orgullo que me domina. Después de abandonar el retrete que se tornó incómodo por estar sentado en él y no estar usándolo (porque lo usé y al terminar me senté debido a que, en ocasiones, siento miedo porque siento que si me muevo, si cambio de posición, huyen las ideas), me acomodé en la pequeña alfombra del baño que está junto a la pared donde se recarga una bolsa enrome que guarda una casa abandonada de campaña,  la usé para recargar mi espalda. Ahí, donde Leeloo descansa; al sentarme, coloca una pata en mi hombro, después se asoma su curiosidad a la pantalla y ahora masajea mi cabeza… somos buenos compañeros de cuarto, de baño, de… compañía. Se aburre, se acuesta y se da un baño gatuno. Ahora en serio comienzo a sufrir la carencia de cerveza, planeo maliciosamente escabullirme entre los escondites de la casa donde se reservan las botellas de alcohol, un segundo. Licor de membrillo “La Hojarasca”, Gabo es omnipresente, catorce porciento de alcohol, dulce y tan dulce como para un buen café, tal vez miel o tal vez hallé al Oporto barato… tan inocente como un inofensivo asesino que sigue siendo asesino.

El incentivo. La sustancia es chispa y corredora de fuerza al mismo tiempo, sigue un camino establecido por la patente para detonar lo que serían sus propios destellos; queman pero uno no puede dejar de mirarlos. El prejuicio a la hermenéutica por ser hermenéutica es atacar a alguien por tener un arma con la misma arma, siendo ese alguien uno mismo. Pero esto no es una contradicción, una contradicción en un ejemplo es beber alcohol debido al dolor que se siente al aceptar que se es un alcohólico, una contradicción fuera del ejemplo es hacer y/o decir una estupidez por ser estúpido, no por ser las causas un error que “no va contigo”. Cuando se busca la libertad hay que encerrarse.

Aquél incentivo. La sustancia sofoca al que se sofoca por pensar que no quiere sofocarse, es liberarse en la prisión. Leeloo es peligrosa al enojarse, pero predecible; Leeloo es peligrosamente impredecible cuando se divierte y juega. Una persona se defiende cuando otra persona intenta quitarle lo que necesita y es predecible; si esa otra persona intenta quitarle lo que divierte a la persona, la persona busca venganza, no solo defenderse.  “La Hojarasca” es impaciente.


Fue un incentivo. La sustancia que provoca pensar… he dejado de pensar en ella, de actuar sobre su efecto por placebo irónico, de buscarla para buscar. Regresé y se me ocurre imaginar “regresé a ser humano”… humanoide quizás, quizás es cansancio. Hastío, lo que antes me provocaba la píldora ante todas las cosas; hastío ante la píldora… Teoría del Duelo Perpetuo. Ahora solo queda no intentar descubrir si fue el escribir o lo escrito lo que me hace o hace al escrito simplemente… Perfecto (punto final, por perfección al terminar con la palabra “perfecto”, pero no es el punto final justo después del perfecto, puntos suspensivos, Teoría del Duelo Perpetuo, ahora sí).

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