2 mar 2013

Plastificado.


Buscamos querer encontrar,
siempre conocer lo escrito,
sobre veredas perdemos
el rastro del correcaminos.

Sentir que sube la luna es cuestión de percepción al alcance de lo fermentado por nuestro análisis cerrado, porque no conocemos la llave para abrir algo que no tiene puerta, con sólo el deseo de emocionar nuestra voluntad con sorpresas. Si nuestro concepto de “querer” se viera iluminada por espectros externos, Anaxímedes golpearía con desesperación el bloqueo de libertad dentro de la esclavitud de su tumba, queriendo a gritos respecto a “nosotros”, recordarnos a Heráclito y la némesis de lo que escondió sin tregua.

Al alimentarnos de supersticiones contrarias a nuestra propia contradicción natural de creación, nutrimos el ego del altruismo naciente de universal criticismo conforme a la realidad per se, ergo nos acercamos a lo imposible lógico, partiendo de un censo respuesta. La penetración metafórica de las ideas recorre cada libre sensor de colores sensoriales en todos los aspectos, moviendo razones de coexistir en virtud de la naturalidad de lo visible, ¿Seremos capaces de transmitir tal grata armonía de psicopatologías coloniales?

Si determinamos ese mismo ingrediente folclórico solemne de nuestras astucias, correremos cansados al negar nuestra falta de aliento contrario a la motivación que se deja guiar por la misma. Nos percatamos de lo careciente de relevancia latente en tenencia de término a conjunto de letras “vida” que difiere de metafísicas melodías al contexto de “vivir” como tal, anhelando la mayoría de las veces números redondos del metaverso que paradójicamente fabricamos rodeando la subsistencia de  la asimetría espontánea.

En el caso del respectivo alter sé verídico pseudoredundante, caigo en un austero rincón contra el vocabulario convencional, siempre estando sobre epílogos  cirenaicos como levadura recíproca, manteniendo ese ser constante de relaciones marcadas con sal simultánea y versátil a la continuidad sonriente. La intangibilidad de volátiles versos epicúreos, dignos de un salmo contrastante, recaen solitarios al pronunciar tu séquito de refutaciones, es por eso que retenemos narraciones emancipativos.

Dicha cuestión volátil a la compatibilidad racional del empirismo estoico, opino firmemente que la falta de comprensión coherente a la contingencia arcaica de pensamiento, favorece la carencia de sentido en la brevedad lectorial. Agradezco el intento de relación al legible previo y embarco la placentera causalidad de los efectos íntimos restantes. Si mis labios asaltan la credibilidad inverosímil de objetividad, calco del suave consentimiento que le concierne a la oveja oblicua en la ambigüedad ósea del conocimiento azucarado por pacíficas telas bimestrales al rector diestro que representa la profecía lingüística ausente del término mismo.

Párrafo tras párrafo encabecé vuestra edad de no lineales sendas vectoriales, aprovechando la cercada asertividad de dogmatismos rúbricos. Nada personal.

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