28 ago 2012

No quiero título.


¿Cuál título?, ¿Qué título?, Jódete!

(Y aun así algunos estarán siguiendo estas palabras desde “Caudillo de Sueños” en Tumblr, o “Voz de Madrugada” en Blogger)

Esto es algo que ni a los viejos y nuevos hermanos se cuenta. Es algo que ni “Nota Suicida” puede desahogar. Las canciones o textos motivacionales no sirven de nada. Escuchar, cantar, leer o gritar no arreglan, corrigen, recuperan nada. He perdido inspiración, lucidez, productividad. La rutina se torna tediosa, me encuentro en un estado hastiado de vivir, esa es la verdad, la verdad os hará libres. En mi familia la verdad es síntoma de soberbia. Ya no se puede saber sin que te digan engreído o que levanten falsos testimonios asegurando a sangre en cuello y testículos empuñados que te crees un sabelotodo. Nietzsche tenía razón. La verdad no existe, no porque no demuestre certeza,  tampoco por ser una comprobación de alguna hipótesis sin experimentación. Se trata de respirar, de pensar, de hablar y conocer, de saber y entender. Todo es mentira.

Pero heme aquí, despierto rompiendo las reglas aparentando ser un niño más niño todavía, haciendo travesuras y jugando con el tiempo, la necedad se ha convertido en lo indispensable para la existencia. Siendo la única persona que se considera un ser humano que ES y que no existe, chocan las filosofías, lo aprendido se vuelve terrible y lo hermoso me costó la vida, Silvio tenía más razón que Galileo y la humanidad ignora la verdadera intelectualidad de su propia especie… Perdón, de algunos pocos de su especie. Sabiendo que éstos pocos hacían la verdad, pero si la doble mentira en sí es simple. Los pocos somos mentira. Que sorpresa descubrir que no existimos, somos. Siendo esto verdad, voy pisando escalones sin subir o bajar a ningún lado porque bajo y subo al mismo tiempo. Necesito existir para existir como la raza humana, pero prefiero pensar en lugar de hacer. ¿Está esto mal pensado?

Me quiero quitar la vida, pero el suicidio es una excusa humana para darse el lujo de convertirse en cobarde. Me dedicaré a explotar al máximo la capacidad de las personas para reaccionar, que el Tabaco se encargue del resto. Si alguien está leyendo esto, probablemente me encuentre a su lado o del otro lado de la pantalla después de mostrarle el camino hacia éstas letras, seguiré aquí, sin fortuna, aquella fortuna que se encuentra en los cinco estados de la materia. ¿Inmoral? ¡La moral es solo un invento de ustedes los supuesto racionales para tener un protocolo verbal de emergencia si alguien no sigue sus propias reglas! ¿Ética? ¡Mentira! La vida es una mentira, ¿Pero acaso no son las mentiras nuestra verdadera sustancia intangible que provoca la felicidad? Dinero, amor, valores, virtudes, pobreza, tristeza, odio, violencia, paz y muchas otras clases de felicidad. Vaya, ¡Incluyéndome! Te mentiría si te digo que nunca he reído, pero la doble mentira, es una verdad, la doble verdad es mentira.

No quiero morir, solo quiero dejar de vivir. Porque vivir es, más que natural, algo inmensamente humano. Odio la raza humana, admiro aquellos que tomaron forma semejante y se hicieron pasar por unos más de ellos. Creo que aquellas personas que vivieron fueron seres, no existencias. Quiero ser y dejar de existir. Nos veremos del otro lado… Mentira.

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