26 ene 2014

Nota Sobre la Almohada.

Si están leyendo esto habrán pasado 50 o 100 años, la publicarán para vender como algo impresionante y se olvidarán del asunto como un libro epistolario de un prisionero judío a su amante. Mi sonrisa sangra; lo comento porque he esperado mucho para que algo me sangrase. He deseado mi muerte desde hace tiempo. Puedo explayarme en un por qué, pero creo que puedo limitarlo todo por mencionar que simplemente soy alérgico a la humanidad; he deseado mi muerte porque mi muerte es inminente, desde que el “exceso” ridículamente protagonizado ha controlado la vida de todos y decidí no hacer caso. He tomado excesos y es la única vez en muchos casos de estos en la que es culpa del excedido; lo sé porque en los otros es culpa de las circunstancias, aunque con las mismas razones. La realidad es hermosa y la vida también, el ser humano no.

Mis padres me han dado todo y nunca me ha faltado nada. No deseo mi muerte porque soy un malagradecido; y aunque lo fuera, de todos modos sería un malagradecido aparte. Les he comentado a mis padres sobre mis intentos de suicidio pero solo porque hice algo que los molestara justo un momento antes; esta vez fue al revés, les comenté después de hacer algo que los molestara. Al parecer tengo unos padres que NO son diferentes, se dejan llevar por la negación de riesgos y se concentran en el por qué fueron causados esos riesgos en primer lugar. Yo no puedo conversar con las personas en un estado de sobriedad, no puedo escribir en un estado de sobriedad… solo pienso y pienso y pienso y pienso… y pienso que tengo una piel que no sabe si siente frío o calor, unas emociones que no saben quedarse sentadas, una voluntad en sala de espera, un talento en el quirófano, un optimismo en el cementerio, una paciencia oculta, un romance con la misma carga electrónica, un dolor invisible y necesario, un cuerpo deprimente, una depresión que es déjà vu, una ansiedad sin anestesia, una moderación en rehabilitación y un conocimiento que repite la misma conclusión: NO IMPORTA UN CARAJO. Soy un títere del silencio, una habitación sin dimensiones, una prenda transparente, una válvula sin comedia, un pájaro sin lengua, una voz sin espacio… un rayo de sol donde no existen las flores.

A veces me gustaría tener los párpados pesados para tener una excusa, a veces me gustaría controlar el viento. Mi sonrisa, mi sonrisa falsa, mi sonrisa distraída, no es… No voy a acabar esta nota,  ellos vienen y acabarla frente a ellos sería incómodo y evitaría que... Mi sonrisa sangra,  y solo quiero verme sangrar para siempre. Sangrar desde ahora que estacionan el auto, desde ahora que abren la puerta, desde ahora que suben por las escaleras, desde ahora que…

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