19 ene 2014

Almuerzo

Desperté rodeado y aplastado de y por similares en lo que parecía ser una bolsa también aplastada pero hacia nosotros, apretujados y cubiertos de una sustancia aceitosa. Solo yo tan joven pude liberarme de éstos pensamientos antes del final. Nos movían de aquí allá hasta que nos detuvimos en la oscuridad total y se escuchó un estruendoso sonido. Luego se escucharon voces y sonidos electrónicos. De repente un ruido de máquina o tormenta, acompañado de unas deslumbrantes luces; nos movíamos en círculos y el lugar o celda comenzaba a calentarse mucho. Comencé a ver a mis prójimos explotar del calor ardiente, dejando sus entrañas y sesos por fuera y su piel por dentro, la sangre de derramaba por el piso mezclándose son una sustancia amarilla que hacían un viscoso y caliente líquido espeso que se adhería a los órganos de mis prójimos, era horrible, verlos ahí despedazados, algunos pedazos de piel comenzaban a burbujear. Los gritos del dolor insoportables me estremecían la piel, que ya comenzaba a tornarse negra… Sabía que era posible no explotar, y salías ileso… pero, ¿hasta cuándo durará este proceso?
Se escucha un chirrido electrónico y otra vez un golpe implosivo…
De repente vi caer a todos los cadáveres de mis amigos y familia hacia una superficie cristalina a la cual yo también me dirigía; sobreviví a la explosión pero se había abierto mi piel en un costado, dejando ver un poco de mis músculos quemados. Quedé bajo un montón de cadáveres hasta que pasó lo peor. Unos tentáculos despejaron mi visión, llevándose unos 3 o 4 cuerpos, abajo era oscuridad, a los lados alcanzaba a ver distorsiones que se movían; cuando acabaron con todos, los tentáculos regresaron y empujaban y aventaban a los sobrevivientes, de repente me agarraron con fuerza, haciéndome sentir un dolor insoportable por mis heridas. Me levantó hasta una vista asquerosamente horripilante; dos monstruos gigantescos comiéndose los cuerpos explotados y ensangrentados de mis prójimos, miré a mi derecha y observé horrorizado los dientes de una bestia descomunal y terrorífica, era mi fin… mis heridas me delataron, tal vez. Me aplastan sus dientes, puedo ver las demás partes de mi cuerpo siendo masticadas y desfiguradas…. Solo alcancé a escuchar, como último sentido, lo siguiente:


 “¿Tienes más palomitas?”

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