10 jul 2012

En Otoño


Así…
Como tus ojos…
Olvidas un juramento hacia lo que siempre quisiste hacer
La frustración del poeta….
Te levantas y levantas polvo,  te levantas y te vas…
Recorres mientras corro, revientas mientras te invento…
Rezas, y yo navego entre el viento si fe y sin prisas…

Una llama, que te llueve, adormece, se retuerce y se enferma; Te congela, te amasa y murmura como el llanto y la niebla y se va…
Una danza, al alba. Cuando grita, se detiene y se quema, como la nieve, como Gardenia en discursos de otoño, como el rencor… Que no quiere estar cerca…
Una parca está de luto y a los lirios del jardín les regala humos y les regala canciones, canciones mojadas y seductoras y un trabajador astuto, de luto, a la espera de estar enfrente…
Ceniza de la humanidad… El viento no se conforma…
Cenizas… Y un vapor sin forma…
Ceniza de Gardenias a merced de los volcanes…
Ceniza de Gardenias encadenadas libres pues dejaron de ser flores…
En un cajón se guardan los ceños fruncidos de soles enfurecidos sin lunas, engañadas en literatura y entregadas en versos, como premios. Y el infantil y el añejo con su reforma y el feudo y en el mar vendiendo marineros del desierto…
Navegantes de antimateria alegando ser lo imposible de ser, sentados sobre trovadores, en mano cabellos de los juglares del tiempo perdido, juglares en todas partes, cantando su voz, la voz de madrugada…
Ceniza de los viajes… El viento no se conforma…
Cenizas… Polifemo se retorna…
Ceniza de Gardenias a merced de los volcanes…
Ceniza de Gardenias levantadas firmes pues rencarnan en los Matadores…
Conocen su forma no conocen su nombre…
Conocen su verdad no conocen la armadura…
Conocen su disfraz no conocen el uniforme…
Conocen su sonrisa no conocen su amargura…
Se hacen llamar hombres y no conocen de su bravura…

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