Corría sin tropezarse como caballo cojo, pero negro, se le
perdona. ¿Qué va a tomar señor? Un cielo sin Jesús, ¿De comer? Un infierno sin
el papa. Oh vaya, seguía corriendo sin tropezarse como caballo cojo, pero
negro, se le perdona. Y una mañana aplastaba una resaca inverosímil contra su
pecho besado, marcado de rojo y no era sangre.
Pero las marcas eran azules, ¿Azul? ¿Alguna otra cosa? Calamares al
tinto y un Bourbon, pulcro, impecable, audaz, ¿bendito? Ni lo mande Dios.
Negro, negro control, negro Perséfone, negro bandido,
obscuro como el sabor de la sal, blanca, negro de sabor blanco, Salada, como
Perséfone. Bandidos, todos son dulces, temerarios, como el control de los
colores, no estaba, estaba corriendo, ya no estaba, ya estaba corriendo, juegos
de palabras, azules, ¿Azul? ¿Alguna otra
cosa?
Y mientras hacían el amor, tocaron la nariz, y era un viento
perdido, piérdelo, y retoma camino, nariz, como caballo cojo, pero negro, se le
perdona. Esquivaron balas y no eran vaqueros sino alas. Verter el centro de la
galaxia en un vaso pequeño old-fashion-fashioned-old-yunno? Ese universo es
nuestro, mi amor, porque son alas blancas como el vacío, pum, pum, pum cayeron
las estrellas y oscureció negro, negro, negro, como el caballo, se le perdona,
¿Alguna otra cosa, señor?
No hay comentarios:
Publicar un comentario