Quiero una mujer
Quiero que me devuelvan la ternura que nunca fui capaz de
brindar
Quiero que me regale besos y me sienta enloquecer
Quiero que me vea a los ojos al despertar
Quiero que se recueste sin miedos, que penetren en sus ojos
las estrellas y con caricias traerlas bailando cuando resuenan los tambores
ardientes…
Quiero que prefiera los libros a las modas, quiero que me
sienta cuando nos tocamos, quiero que le llueva la pasión de su silueta a la
sombra de lo desconocido…
Quiero una aventura, un vuelo sin despegarme del suelo, pues
en el suelo quiero estar, que me provoque y provoque en mi el deseo de tener
los pies sobre la tierra, que me tome fotografías cuando estoy soñando con sus
besos, que encuentre un pero en las excusas de la moderación, que sea
descontrolada al alba, que sea adorable al amanecer…
Quiero esperarla, sin buscar nada, pues buscar es el intento
de encontrar algo perdido, no quiero lo perdido, quiero una aventura hacia mareas inquietas
que me revuelquen y me lleven al fondo sin ahogarme, quiero que enloquezca al
leerle los textos prohibidos de las emociones, que respire bajo el agua, que
cante sobre el universo, que reclame lo suyo sin egoísmo, que calle cuando
quiera callar y no cuando debe, que grite cuando el silencio me aprisione entre
lo mundano y lo real…
Niña poeta y niña de riesgos, sin temores ni paranoias, sin
palabras exigentes aplastando sus memorias…
Que le cante al sol de la media noche y que le arrulle a la
luna del mediodía…
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