Si están leyendo esto habrán pasado 50 o 100 años, la
publicarán para vender como algo impresionante y se olvidarán del asunto como
un libro epistolario de un prisionero judío a su amante. Mi sonrisa sangra; lo
comento porque he esperado mucho para que algo me sangrase. He deseado mi
muerte desde hace tiempo. Puedo explayarme en un por qué, pero creo que puedo
limitarlo todo por mencionar que simplemente soy alérgico a la humanidad; he
deseado mi muerte porque mi muerte es inminente, desde que el “exceso”
ridículamente protagonizado ha controlado la vida de todos y decidí no hacer
caso. He tomado excesos y es la única vez en muchos casos de estos en la que es
culpa del excedido; lo sé porque en los otros es culpa de las circunstancias,
aunque con las mismas razones. La realidad es hermosa y la vida también, el ser
humano no.
Mis padres me han dado todo y nunca me ha faltado
nada. No deseo mi muerte porque soy un malagradecido; y aunque lo fuera, de
todos modos sería un malagradecido aparte. Les he comentado a mis padres sobre
mis intentos de suicidio pero solo porque hice algo que los molestara justo un
momento antes; esta vez fue al revés, les comenté después de hacer algo que los
molestara. Al parecer tengo unos padres que NO son diferentes, se dejan llevar
por la negación de riesgos y se concentran en el por qué fueron causados esos
riesgos en primer lugar. Yo no puedo conversar con las personas en un estado de
sobriedad, no puedo escribir en un estado de sobriedad… solo pienso y pienso y
pienso y pienso… y pienso que tengo una piel que no sabe si siente frío o
calor, unas emociones que no saben quedarse sentadas, una voluntad en sala de
espera, un talento en el quirófano, un optimismo en el cementerio, una
paciencia oculta, un romance con la misma carga electrónica, un dolor invisible
y necesario, un cuerpo deprimente, una depresión que es déjà vu, una ansiedad sin
anestesia, una moderación en rehabilitación y un conocimiento que repite la
misma conclusión: NO IMPORTA UN CARAJO. Soy un títere del silencio,
una habitación sin dimensiones, una prenda transparente, una válvula sin comedia, un pájaro sin lengua, una voz sin espacio… un rayo de sol donde no existen las flores.
A veces me gustaría
tener los párpados pesados para tener una excusa, a veces me gustaría controlar
el viento. Mi sonrisa, mi sonrisa falsa, mi sonrisa distraída, no es… No voy a
acabar esta nota, ellos vienen y
acabarla frente a ellos sería incómodo y evitaría que... Mi sonrisa sangra, y solo quiero verme sangrar para siempre.
Sangrar desde ahora que estacionan el auto, desde ahora que abren la puerta,
desde ahora que suben por las escaleras, desde ahora que…