Incomprendidos somos al percatar el consentimiento carcomido por el hecho de partir cuando nos descubrió Venus.
Aquél planeta de ruidos mercenarios. Sátira espontánea pisando alegorías juradas en escaleras, sobre saltos y cortezas, qué gritos desgastados en salmos insatisfechos.
Mentir es un arte, disciplina de cínicos martirios por convenios, parecen Gíglico en cuentos maduros y narraciones surrealistas sexuales a infantes, con caso de poca vista existencia.
Mentir es un arte, con todo y el corriente golpe que te canta la piel, buscamos, buscamos, ¿Qué vamos a encontrar? ¿Lo sabemos? Beber nuestras incertidumbres a luz.
Partimos, si claro, no sabemos de dónde venimos, como ovejas tragando la amnesia empírica, no, signos contrarios a la violenta paz poética. Somos golondrinas poetas anhelando el cielo, y sin heridas que llegan a besarnos con despedidas. Somos espinas despiertas flotando cuando evitamos la superficie de la carretera, voraces, somos, quietos estamos, quedando pertenecemos.
Mentir, es un arte. Parecemos querer aparentar y sigo escribiendo con recargo en el "somos", siendo ésta mentira una mentira autoconsciente en la autosuficincia de que es propiamente una -mentira-
Se tiene que cantar mintiendo, cantar la mentira, sentir que mentimos al cantar, mentir el sentimiento cantado o que cantamos, mentir el reflejo cantante, y al final pero no finalmente, todo reflejo es mentira que en el espejo honesto, verdaderamente miente. Somos antologías de vacíos comprados. Somos comas, ¿Seremos un punto y seguido o un punto-y-coma?
Somos el arte de los espejos falsos, pero aquellos no mienten, si decidimos pertenecer a lo que es esa mentira, y son solo espejos, pero por necesidad lo rebajamos a insignificantes flasos espejos, ¿Serán verdaderamente correctos a lo falso de nuestra mentira?
Somos lo mucho que corre nuestra lista conforme a Heráclito en lo que contamos las corrientes que ya pasaron, mientras mojados sumetimos el aire.
Respiramos sal, porque lo que somos es para el respiro, y aire salado, y el alientos de dicho clavado, y macabros los sumergidos, declaramos aquél respiro sin aliento, que busca la sal, anochecemos.
Mentir es, un arte. Mentir es un, arte. Uno.
Soy o somos un mentir o soy o somos una mentira. Y honestidad sometida en Damas de Hierro, somos lo que escribo, porque no he escrito nada.
Porque somos nada, y nada es mentira y nada es una mentira.
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