-Deja me meto a bañar sale? -Ok te espero… - Me observó como
toro y luna, confundida expresión a la cual respondí con una todavía más
confundida mirada, pregunto LA pregunta. Procesaba mi lujuria el número doce y
todos sus factores. Saltando de rincón a rincón de mi propio morbo y sentimiento,
sentía algo por ella. DOCE, quemando flores y sembrando en sus restos un amor,
danzaban mis dientes, no podía creerlo… La última vez juré que sería mi última
vez, las demás serían encuentros con mi libido, solo eso, sentía haberme
despegado de un pasado, de una frase de nostalgia a lo que nunca fui… Preguntó
como si naciera lo insignificante en lo que nos faltaba a nosotros como
descontroladas mentes sublimes. Temblaba, prediciendo lo impredecible. --¿Vienes
o no?- …
Me condujo por una diagonal, entre letras caminamos, ella
tomaba mi mano, iba al frente, halando mi experiencia y al mismo tiempo mi no
preparada existencia, ¿Será posible? Recorría kilómetros de distancia en una
sala de 8 por 6, respiraba mis sobre-esforzados pasos a 14 km por hora, recordé
que no recordaba porque estaba en ese lugar y es que desde un principio
inexistente nunca fui informado, ¿Ángel, fantasma? Llegamos al final de la sala
y ya transpiraba las mariposas que jugaban en la boca de mi estómago, volteaba
la mirada con una preciosa sonrisa coqueta dibujada en su rostro. Y es que
¿Cómo re-escribir repetidamente y una vez más lo nunca escrito? Su cabello
castaño oscuro rozaba el codo de su delgado brazo izquierdo hipnotizándome al
ritmo del vaivén de su cadera, el suelo de madera rechinada mis deseos
incontrolables de controlarme, dando pequeños brincos ya que no iba a su paso.
–Contrólate, o me descontrolas. Que adorable risa, despertó mi valor, después
de alcanzar su costado, fui yo quien atravesó la entrada del baño, pequeño, de
azulejos color crema, aún en diagonal, el lavamanos a mi derecha y unas
cortinas tangentes a mi inmoderada emoción. Se abre el telón, ahí estaba la
tina, esperando como pintura romanticista, se mojaron las orillas de pequeños
puntos negros y todo cambió, entramos en trance, nos besamos y nos recostamos…
Y las gotas eran besos de fantasmas que bombardeaban
nuestros cuerpos ambos siendo uno el enemigo mas hermoso del universo, sentía
un punto G en cada rincón de su cuerpo, la luz a nuestras espaldas observó como
nacía una sola sombra, un sólo placer, un sólo momento, una sola bañera… Y mas
de 3 orgasmos…
Se escuchan suspiros, se escucharon el gemir ardiente de un
cuerpo en sintonía con el agua y su música, se escucho en medio de la conmoción
una melodía que enloqueció mis oídos… -Te Amo…. En adelante nos dedicamos a
enjabonar nuestra escultura, entre risas y sonrisas, entre diálogos sin
palabras. Se cierra el telón, dos toallas. Después de secarnos, le ayude a
vestir, después de caminar silenciosamente hacia su dormitorio al salir y a la
derecha, una falda, una blusa y un recuerdo. Nos vestimos de sonrisas y
suspiros, de deseo y lujuria, de pasión y de amor, sobre nuestros cuerpos
desnudos neurología recíproca, y pues solo eso, estorbó, nos tiramos a la cama…
Hicimos el amor por primera vez, después de encender el sol, aquella velada del
6… Yo tenía 16 años, ella tenía 19…
Ya recostados y descansados, intercambiamos miradas,
disparos mente-alma y viceversa. ¿Acaso estaba mi cuerpo empezando a existir? ¿Se
acabaría la racha de presencia transparente?… Y soñando despierto, sólo estaba
ella, acostada, sensual, irresistible…
Me sentía parte de un universo desconocido, me sentía parte
de un final y parte de un principio próximo. –Te Amo. Le dije, sin resistir, y
otra sonrisa iluminó su rostro, sus manos acariciando mis mejillas, se acercó
aún más, regalándome un beso, regando los cultivos de un sentimiento en futuro,
un tiempo desesperado en donde y cuándo llora en alegría lo que siempre debió
haber sido, en cualquier porvenir, íbamos a estar juntos…
Por segunda vez, pero ésta sin tercera subsecuente, nos
vestimos individualmente. -Quetz… -No… -Al verme sin ti justo después de
contigo se retuercen las grabaciones mentales y se distorsionan por
años de diferencia… -Te empiezo a sentir, sintiéndome loca por ser una entre
multitudes que carecían de tu manifestación; Hoy, ahora, después de doce veces
de vernos a solas, ¿Te tortura la loca idea de la nostalgia previa? Aquí estoy,
y tú serás revelado, te sentiré… No te dejaré en éste punto. Nos besamos, nos
amamos, por doceava ocasión, en hora gemela, en espacio gemelo. Comenzaba
a presenciar la mortalidad…
Dormimos juntos, momento pionero en mi tiempo de mi
inexplicable vida. Al despertar, alcancé el bolsillo y nos abrazamos, presos de
la primavera. –Como es posible que nunca te haya conocido, no es posible, es
imposible, muy diferente, sencillamente me siento amándote, te amo sintiéndote,
dejemos atrás los enemigos de la melodía, olvidemos los retratos viejos,
reclamemos lo nuestro al universo… -Tú eres imposible. Me dijo, levantamos
risas, lidiamos con el cantar de la indecencia, si importar la facilidad del
amar, la suerte de la canción alcanzó la función de tonos menores, enredamos
nuestro mundo con la aparición de una trova pariendo corazones…
Encapuchamos el momento, difundimos en una sociedad de dos
personas, un estribillo de ojos observando el brillo, interpretamos
pensamientos en besos, construimos una torre de delirio, dejamos huellas en la
historia, nuestra historia. Una cobardía se quedó en un rincón, una mujer
fugaz, prácticamente irreal, un reloj de tiempo sin tiempo, ha muerto todo lo
demás, llegó la medianoche y volvimos a cerrar los ojos, vimos despertar un
sueño, desempolvamos blancas poesías desnudas. Nos levantamos al unísono,
creamos el canon interrogatorio del dibujo solitario entre los volcanes, nos
cambiamos de ropa, la moda de pedir la mano salvó nuestra desnudez. Salimos a
una calle de un barrio lejano, caminamos sin mover los pies, ahora es cosa
nuestra, ahora creamos el amor, ahora es ahora nuestro momento, momento de un
año. -¿Y qué se puede hacer? Nací sin nacer en vida, sentí tus manos y olvidé
los sermones de las manecillas locas, no vimos más distancias de dichas
hermosas. –Sólo camina a mi lado y enamórate del amor que profesa nuestro
querer el final de un viaje que nunca realizaste. En solo un segundo se fueron
muchos segundos por venir…
Los invencibles vientos iban destiñendo las pocas
fotografías auto-retrato, la única teoría factible de que yo era real, se
esfumaba, me veía desaparecer, no era mi destino tener un destino, ser
conocido, ser tangible, ¿Por qué
entonces solo con ella? Por una vida entera de sensualidad y exquisitez, ella
cumplía veinte, yo cumplía mi condena, tenía que partir, y en sus ojos se desató una
tormenta de nubes blancas, dos lunas y demasiadas lágrimas, ya había empapado
la almohada de su verdadero dormitorio, había despertado. Al llegar el doctor,
sólo pudo decir la última frase digna de una epopeya, honorable luz de trece
días, un sueño tan inverosímil como mi última muerte, una silueta semejante a
la adoración besable de lo que nunca fue, piedras frías sobre la espalda, joyas
filosas entre el corazón y la tierra, no más que temporalidad… -No has
mejorado, tranquila, yo te voy a cuidar y te voy a curar… tranquila… tranquila…
-Electrochoques listos doctor. -Bien, preparen el cuarto de sueño al terminar…
Quetzalli solía ser su nombre…
Pasado inexistente resulté ser yo…
TRECE.
-CenizaDeGardenia…
12-13/05/12
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