La teoría del Duelo Perpetuo trata de explicarse a sí misma
la posición del Orgullo dentro de una persona, resumiendo que el Orgullo y el
Orgulloso son secciones que se complementan pero que no conforman un total
psicopatológico.
La teoría del Duelo Perpetuo se rodea por dos leyes y una
tercera fracción inmaterial. El orgullo es inofensivo entre dos condicionales
muy diferentes, irónicas, no es una teoría como tal uniforme; se mezclan la ley
de Coulomb y la Entropía. Los opuestos, en la teoría del Duelo, no solo se
atraen, hay algo “Darwinesco”, el orgullo atrae al opuesto para esclavizarlo,
pero no martirizarlo, Maquiavélico y tierno. El humilde admira al orgulloso,
siempre y cuando tenga éste algo que ofrecerle, pero no necesariamente, el humilde,
necesita esta oferta intelectual, sin embargo no sufre conciencia y no logra
digerir el concepto motivacional de premio por independencia o fácil
aprendizaje autodidáctico aun siendo capaz de posibilitarlo. El orgulloso no
recibe paga porque, tautológicamente, no la necesita, entonces cubrimos dos
necesidades que paradójicamente se complementan en un ámbito social; ya no
existe un “te proporciono porque tú lo careces”, es un complicado y capitalista
“te proporciono lo que no tengo, porque no lo necesitas”. El humilde es
indefenso cuando el rival se defiende y es transparentemente indestructible
cuando es atacado; así, el orgulloso le proporciona un escudo contra el escudo
al humilde y éste le proporciona una infalible falacia ex populo al orgulloso o
simplemente la bienvenida teoría consensual… tremenda espada villana de una
manera justa e injustamente heroica. Esto como variable atenuante de la primera
condicional; la ambición maligna, fundamentada por el fanatismo del círculo
social voluntariamente dependiente, provoca el imperialismo idealista del
orgulloso.
La segunda condicional, la Entropía, ejerce una constante indefinida. El rival
posa sobre la paradoja temperamental del orgulloso y el caos se expresa en
implosión; un contrario es, fundamentando la ironía representada en diagrama de
Venn al entrelazar ambas condicionales, el similar orgulloso; descarto la
refutación hacia ésta segunda condicional, ya que el rival puede o puede otra
cosa y el protagónico reacciona de la misma forma o de otra ante la capacidad o
la capacidad de otra cosa del rival. Recordemos que ambos cuentan con ex
populo, y que si estos “refuerzos” estallan en conflicto, ambos orgullosos
pueden o no pueden o pueden de otra manera conciliarse… o no.
Sucede en ciertos individuos, incluyendo a uno, que estas
cuatro partes de la teoría del Duelo Perpetuo ES la sección complementada dentro de lo que ESTÁ en el total psicopatológico; en ciertos individuos, la teoría
del Duelo Perpetuo es ambigua. Se refiere a la interna y a la externa, la externa
ya está escrita… la interna es relativa a lo explicado y relativamente
inexplicable. Tratémoslo como la teoría del Duelo Interior Perpetuo, cuando la
Doble Personalidad está fuera de la cuestión como espectadora pero acercándose
a un parecido Deísta.
Es cuando empiezo a escribir sobre mí pero generalizando, linda paradoja… un
Origen. Es cuando el título y el texto comienzan a colaborar. La Locura, mi
sensual e insoportablemente adorada compañera, punto (con una pausa de
paréntesis, la Locura y el ser que es Loco, para separar sin tomar distancia…
ahora sí).
Tal vez me distrajo la futura carencia de cerveza, cuando mi
mente se tortura por querer que no se quiera querer hacer necesario un vicio a
sabiendas de una inmunidad a la adicción. Tal vez solo queda un trago, Leeloo
lo examina y se va desinteresada, me urge no desperdiciarlo porque me urge
tomarlo, debido a eso no pensaré que no pensé eso mediante la inmediata e
inmediatamente futura combustión del génesis de otro cigarrillo; lo haré posible,
el deterioro temporal de un vicio mediante del secuestro perpetrado por otro
vicio. En ocasiones pienso lo que estaba a punto de mencionar pero que acabo de
olvidar; pero recuerdo la similitud (y la gracia que eso me ocasiona) a los
juegos de Mario (Nintendo, no trato de agregar personajes), ya no se puede
regresar, ya no se puede estar preocupado por lo que necesitas olvidar, quieres
recordarlo pero lo recuperas solo si… para volver a empezar tienes que morir… o
suicidarte. Ya lo recuerdo; en ocasiones pienso que pensar en algo que quieres
hacer a corto plazo mientras el plazo se cumple… pausa, terminé el cigarrillo,
ahora pienso que es mejor ese último trago antes de que se caliente. Levanto
unos milímetros la cerveza para arrepentirme, escribo, frustración del bombero
neurona cuando las ideas se incendian, se consumen, se agotan… se hacen
cenizas. Era un trago antes del último trago, sentí que, en efecto, se calienta
la cerveza; acepto la derrota, se acabó la cerveza, quedan muchos cigarrillos.
(…) atascado, fallas de redacción, la idea sigue viva. Continúo regresando un
poco, morir otra vez, mientras el plazo se cumple me preocupo por el
vencimiento del mismo. Obtengo lo que quiero cuando no estoy pensando en cómo
quiero obtenerlo… “La Mente actúa de formas
misteriosas, pues solo la mente puede ser el verdadero DIOS de uno”.
Sufro el placer del Orgullo que no me hace ser Orgulloso
mientras sufro el placer de la Humildad que me hace ser Orgulloso; orgulloso de
ser humilde y soy humilde por el Orgullo que me domina. Después de abandonar el
retrete que se tornó incómodo por estar sentado en él y no estar usándolo
(porque lo usé y al terminar me senté debido a que, en ocasiones, siento miedo
porque siento que si me muevo, si cambio de posición, huyen las ideas), me
acomodé en la pequeña alfombra del baño que está junto a la pared donde se
recarga una bolsa enrome que guarda una casa abandonada de campaña, la
usé para recargar mi espalda. Ahí, donde Leeloo descansa; al sentarme, coloca
una pata en mi hombro, después se asoma su curiosidad a la pantalla y ahora
masajea mi cabeza… somos buenos compañeros de cuarto, de baño, de… compañía. Se
aburre, se acuesta y se da un baño gatuno. Ahora en serio comienzo a sufrir la
carencia de cerveza, planeo maliciosamente escabullirme entre los escondites de
la casa donde se reservan las botellas de alcohol, un segundo. Licor de
membrillo “La Hojarasca”, Gabo es omnipresente, catorce porciento de alcohol,
dulce y tan dulce como para un buen café, tal vez miel o tal vez hallé al
Oporto barato… tan inocente como un inofensivo asesino que sigue siendo
asesino.
El incentivo. La sustancia es chispa y corredora de fuerza
al mismo tiempo, sigue un camino establecido por la patente para detonar lo que
serían sus propios destellos; queman pero uno no puede dejar de mirarlos. El
prejuicio a la hermenéutica por ser hermenéutica es atacar a alguien por tener
un arma con la misma arma, siendo ese alguien uno mismo. Pero esto no es una
contradicción, una contradicción en un ejemplo es beber alcohol debido al dolor
que se siente al aceptar que se es un alcohólico, una contradicción fuera del
ejemplo es hacer y/o decir una estupidez por ser estúpido, no por ser las
causas un error que “no va contigo”. Cuando se busca la libertad hay que encerrarse.
Aquél incentivo. La sustancia sofoca al que se sofoca por
pensar que no quiere sofocarse, es liberarse en la prisión. Leeloo es peligrosa
al enojarse, pero predecible; Leeloo es peligrosamente impredecible cuando se
divierte y juega. Una persona se defiende cuando otra persona intenta quitarle
lo que necesita y es predecible; si esa otra persona intenta quitarle lo que
divierte a la persona, la persona busca venganza, no solo defenderse. “La Hojarasca” es impaciente.
Fue un incentivo. La sustancia que provoca pensar… he dejado
de pensar en ella, de actuar sobre su efecto por placebo irónico, de buscarla
para buscar. Regresé y se me ocurre imaginar “regresé a ser humano”… humanoide
quizás, quizás es cansancio. Hastío, lo que antes me provocaba la píldora ante
todas las cosas; hastío ante la píldora… Teoría del Duelo Perpetuo. Ahora solo
queda no intentar descubrir si fue el escribir o lo escrito lo que me hace o
hace al escrito simplemente… Perfecto (punto final, por perfección al terminar
con la palabra “perfecto”, pero no es el punto final justo después del
perfecto, puntos suspensivos, Teoría del Duelo Perpetuo, ahora sí).
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